El Cemma reclama un protocolo para retirar los cetáceos que llegan muertos

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

O Grove tuvo que contratar a una excavadora para sacar el cachalote arrastrándolo por la playa

20 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada año llegan a las playas gallegas los restos de una media de diez cetáceos de grandes dimensiones. Retirarlos y deshacerse de ellos siempre supone un problema para el municipio afectado. Por eso desde la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) reclaman a la Xunta que tome medidas y elabore un protocolo de actuación que se pueda aplicar en estos casos. Eso permitiría que, en situaciones como la que vivió O Grove la pasada semana, se tuviera claro desde un primer momento qué hacer y a quién recurrir. El Concello se hizo ayer cargo de los restos del cachalote que llevaba casi una semana en A Lanzada. Finalmente, la operación no fue tan costosa como se preveía, pues el peso del animal disminuyó notablemente en los últimos días. Aún así, fue preciso contratar a una pala excavadora para, arrastrándolo por la arena, llevarlo hasta un camión con contenedor.

Explican desde el Cemma que, actualmente, Calidade Ambiental ayuda con la retirada de estos grandes animales siempre y cuando, claro está, estén en un lugar accesible. «Se teñen máis de tres metros de lonxitude apoian na retirada cando están nun sitio accesible», argumenta Alfredo López, portavoz del Cemma. Sin embargo, Galicia carece de un protocolo que permita saber a las diferentes administraciones cómo se debe actuar en estos casos. «Non hai un protocolo de varamento de cetáceos porque ninguén quere asumir esa responsabilidade. Fai falta que haxa un responsable a quen se lle consulte en todos estes casos porque a Galicia chegan unha media de dez cetáceos de grandes dimensións cada ano», añade.

Esto provoca que cada administración implicada se busque la vida. Si los restos del animal aparecen flotando, lo normal es que se opte por tratar de alejarlos de la costa. «Na ría de Vigo apareceu unha vez unha balea flotando e optaron por levala mar a dentro. Días despois apareceu en Ribeira», cuenta. Si llegan a la costa, en cambio, hay quien opta por enterrarlo, como hizo Marín hace algún tiempo. «Se lles fixo de todo. Se lles puxo dinamita, se intentou envialos ao fondo e, ao final, o único que funciona é sacalo de aí», reitera. Tarea que, insiste, sería mucho más fácil si existieran unas pautas a seguir o alguna administración que asumiera el control de la situación.

Adiós al cachalote

Contar con un protocolo de actuación habría facilitado la tarea del Concello de O Grove, a cuya playa llegó la pasada semana un cachalote de grandes dimensiones. Los restos del animal dejaron ayer, de forma definitiva la playa de A Lanzada. Lo hicieron arrastrados por una pala excavadora que tuvo que entrar al arenal a través de Noalla. Por ese mismo acceso salió el cadáver del cetáceo en cuestión, para ser trasladado a un camión con contenedor. Explica la concejala de Obras, Ángeles Domínguez, que el proceso no fue finalmente tan costoso. Y es que, después de que los restos se los llevaran de nuevo la marea el jueves por la noche y los devolvieran el pasado sábado, el peso del animal había disminuido notablemente. De ahí que, finalmente, no fuera preciso contratar a una grúa para poder levantar el cadáver. Aún así, el Concello tuvo que contratar una pala excavadora y un camión para el traslado, «ademais dos catro operarios que estiveron boa parte da mañá traballando alí», relata Domínguez. Ella también está de acuerdo en que debería haber un protocolo de actuación y no dejar el problema en manos de los concellos.

Calidade Ambiental colabora con la recogida si los restos están en un lugar accesible

La retirada de los restos que llegaron a A Lanzada no fue tan costosa como estaba previsto