El tráfico de buses y coches destroza el firme de Montero Ríos y su entorno

María Jesús Fuente Decimavilla
M. j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Las obras de la plaza de Compostela han obligado a desviar la circulación por calles que no están preparadas

08 mar 2018 . Actualizado a las 13:20 h.

El pavimento de Montero Ríos y entorno fue concebido para utilizar como zona peatonal y soportar solo el tráfico de vehículos de carga y descarga, residentes y negocios. Sin embargo, las obras del cambio de firme en el entorno de la Alameda han obligado a desviar el tráfico por ese vial y otros como Luis Taboada, que discurre paralelo. No han transcurrido ni dos meses desde el cambio, y el destrozo del pavimento es más que evidente. El enlosado de Montero Ríos se resquebraja por momentos y el adoquinado de Luis Taboada ondea cada vez más. Y es que no solo pasan los autobuses urbanos de Vitrasa, también lo hacen otros autocares de líneas regulares y turistas. Ayer mismo se podía comprobar el tránsito de vehículos particulares, pese a la prohibición, excepto para residentes.

La Asociación de Vecinos Elduayen-Montero Ríos advierte que si ya estaba mal esa zona, ahora se está destrozando a pasos agigantados, según indica su presidente Enrique Montenegro. Cree que debería contar con más presencia policial para controlar a los infractores, tanto a los que no pueden circular por esa zona como a los que lo hacen a una velocidad excesiva. «Tendrán que arreglarlo después porque se están levantando las losetas, algunas de las cuales ya estaban algo rotas. Ya se lo hemos comunicado al Concello», indica el responsable vecinal. Sobre Luis Taboada añade que los vecinos quieren que les cambien el adoquinado por asfalto, como se está haciendo ahora en otras calles del entorno, al estar completamente dañado.

La zona del paseo que discurre entre los edificios de Montero Ríos y los bordillos instalados a modo de bolardos es de competencia municipal, mientras que desde el bordillo hacie el mar corresponde al Puerto.

Los infractores de tráfico se apoyan, sobre todo, en la confusa señalización. «No me aclaro, en un sitio dice una cosa y en la otra señal, otra, no entiendo nada», comenta una conductora visiblemente molesta. Le acaban de indicar que gire por Luis Taboada, pero al llegar a la esquina de esta calle con Concepción Arenal se encuentra con una señal permanente colocada sobre una farola que indica prohibido girar hacia Luis Taboada, excepto residentes, hoteles y carga y descarga. Tampoco los conductores de autobuses lo tienen muy claro. Una señalización provisional colocada casi a ras del suelo advierte del «desvío autobuses por Montero Ríos». Sin embargo, al llegar a la esquina de esa calle, frente al edificio de la Xunta, se encuentran otro letrero fijo en el que se avisa de que está prohibido circular por Montero Ríos, excepto vehículos autorizados, según el bando del 1 de noviembre del 2006. La carga y descarga queda autorizada entre las 8.00 y las 11.00 horas. Una pareja de la Policía Local situada a escasos metros del conflicto se compromete a verificar las señales.

La apertura al tráfico de autobuses en Montero Ríos es aprovechada por los conductores de todo tipo de vehículos para colarse por el vial. «El peligro no es ya que pasen, sino que lo hagan a mucha velocidad, algunos pasan mangados. La velocidad que han puesto es de 20 kilómetros por hora, pero muchos no hacen caso», comenta el camarero de un café situado en la esquina de Montero Ríos con Concepción Arenal, algo en lo que coinciden en la mayoría de los negocios. Justo en esa misma esquina es donde los autobuses lo pasan peor a la hora de girar debido al aparcamiento de coches. Los conductores hacen caso omiso a la prohibición de estacionar y los vehículos se acumulan, sobre todo durante las mañanas, cuando la actividad generada por la sede de la Xunta de Galicia es mayor.

El temor de los hosteleros es que se registren atropellos, sobre todo en el momento en que las terrazas empiecen a estar más concurridas. «No ya por las terrazas en sí, sino por la cantidad de gente que muchos días se acumula, incluidos niños», advierte uno de ellos.