La falta de taquillas en el Cunqueiro impide a universitarias iniciar sus prácticas

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo de una clase de reanimación cardiopulmonar
Imagen de archivo de una clase de reanimación cardiopulmonar M.MORALEJO

Desde que abrió el HAC, las estudiantes de Enfermería han tenido problemas

07 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un grupo de estudiantes del Grado en Enfermería de la Escuela del Meixoeiro todavía no han podido empezar a hacer las prácticas de segundo. Debían haber comenzado el lunes en el Hospital Álvaro Cunqueiro, pero la falta de taquillas para que las alumnas puedan cambiarse de ropa lo impidió. Ayer tampoco pudieron hacer las prácticas y, después de que todas las alumnas fuesen a protestar a la gerencia del hospital y amenazasen con cambiarse en público, la dirección del hospital les prometió una solución para hoy.

Según una portavoz de las alumnas, los chicos que están matriculados en Enfermería sí pudieron comenzar las prácticas en tiempo y forma. Para ellos sí había taquillas disponibles. Para ellas, no. Actualmente, en los cuatro cursos de la carrera hay 27 hombres frente a 178 mujeres, según datos de la Universidad. Son siete veces más chicas.

Un portavoz de la dirección del área sanitaria asegura que estos días están contratados muchos profesionales sustitutos. En invierno hay más ingresos en el hospital y este habilita más camas para poder hospitalizar pacientes. Hay varias alas del Cunqueiro con habitaciones individuales convertidas en dobles. Esto obliga a cumplir unas ratios de enfermeras y auxiliares, y el hospital contrata a más personal temporal. Por tanto, en los vestuarios de personal hay más espacios ocupados. Y las estudiantes se quedan sin ellos.

La situación no es nueva. Otros alumnos de la misma escuela en cursos más avanzados dicen que viene ocurriendo desde que abrió el Cunqueiro. «El primer día nos dijeron que subiésemos nuestras cosas a la planta, pero los chicos no tuvieron ningún problema para tenerlas en taquillas», dice una alumna de cuarto. A partir de ahí, les abrieron una sala vacía donde podían guardar sus mochilas y donde se cambiaban todas juntas. «Más adelante nos dieron taquillas y pudimos cambiarnos», dice.

En segundo, las prácticas duran dos meses y son en el segundo cuatrimestre. Pero en cuarto hay mes y medio en el primer cuatrimestre y todo el segundo. Este año, las chicas de cuarto no han tenido problema, aunque tienen que compartir taquillas entre dos o tres alumnas.

Una sala para mudarse

La situación que vivieron en su día las alumnas que ahora cursan cuarto se repite ahora. El lunes, ante la imposibilidad de cambiarse de ropa, se marcharon a sus casas. Ayer tampoco podían hacer nada. Llegaron a ofrecerles que se mudasen en el Meixoeiro, donde sí hay taquillas, y cogiesen un bus al Cunqueiro. Pero decidieron plantarse. Era una solución inoperativa y antihigiénica.

Las estudiantes se concentraron delante de la gerencia ante la imposibilidad de realizar sus prácticas, y amenazaron con cambiarse en el vestíbulo principal. Unas horas después, la directora de enfermería, Pilar Reza, les aseguró que hoy mismo les habilitarán una sala que está sin uso para que puedan cambiarse en ellas y guardar sus cosas bajo llave, según confirmó un portavoz del Sergas. Es decir, la misma solución que se ha dado en los últimos años a los estudiantes que estudian en el Cunqueiro. La dan por buena porque, dicen, lo que quieren es hacer las prácticas de la carrera.

Pero advierten: «No es normal que si el Sergas sabe desde el 1 de septiembre que nosotras vamos a estar haciendo prácticas, y si pagamos una matrícula, no estén preparados para recibirnos». Toda la documentación oficial de la Escuela del Meixoeiro y las prácticas están consensuadas con el Sergas.