«Si hubiera intervenido igual era yo el que terminaba en el contenedor»

B. Villaverde, E. V. Pita VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Un testigo dice que las acompañantes del agresor al sintecho Papa Cheik le instigaban: «Aquí mi novio pega bien»

02 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un testigo de la paliza que en la madrugada del pasado domingo propinó una pandilla de jóvenes a Papa Cheik, inmigrante senegalés sintecho, que duerme en la Ronda de don Bosco, asegura que solo la llegada de la policía frenó la agresión. El testigo en cuestión, que prefiere guardar el anominato, fue el que avisó a los agentes. En declaraciones al programa de Radio Voz Las Voces de la Mañana relató que no es la primera vez que contempla una escena similar en la zona, cuajada de locales de copas. Reconoce que pudo haber hecho más, pero que en una situación así no es fácil mediar porque de repente empieza a aparecer gente. «Se conocen y se protegen. Hay una especie de lealtad entre pandillas y si hubiera intervenido igual era yo el que terminaba en el contenedor», asegura.

Explica que las chicas que acompañaban a los agresores, no solo no intervinieron para tratar de rebajar la tensión y evitar los golpes, sino que incluso incitaban a seguir. «Aquí mi novio pega bien», decía una de ellas.

El testigo, que contempló la escena cuando regresaba a casa, señala que el jaleo que estaban montando los agresores se escuchaba en toda la calle. «Me acerqué y me di cuenta que no era una pelea entre jóvenes de una discoteca, sino que estaban pegando al hombre que desde hace más de dos semanas veía dormir en la calle. No sé como empezó, pero sí que el agredido estaba alterado, que lo arrojaron al contenedor y que le tiraron un cascote de un contenedor de obra que había enfrente. Estaba sangrando», narra. Explica que se acercó otra persona a interesarse por él, «pero en un caso así poco puedes hacer. No se inmutaban pese a ver que estaba llamando a la policía».

Asegura el testigo que Papa Cheik no es un hombre conflictivo. «Me acerqué ayer [por el miércoles] a hablar con él. Me dijo que estaba bien. Mi sensación es que vive en un mundo de albergues y comedores sociales, pero en absoluto es agresivo. Vive con el miedo que produce haberse enfrentado a situaciones como esta más veces».

Condena

El colectivo Os Ningués ha hecho pública su repulsa por la agresión, «una mezcla de delito de odio, racismo, xenofobia, aporofobia; todas conductas denostables», asguran.

Añaden que situaciones como la vivida por Papa Cheik, no se pueden consentir. «Son síntoma de la degeneración educacional y de una falta de empatía realmente preocupante que deba hacernos reflesionar a todos sobre qué valores imperan en algunos de nuestros jóvenes».