Vulcano, en la cuenta atrás mientras prepara las pruebas del ferri

s. a. g. VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El comité pretende que la Xunta se involucre para garantizar los empleos del astillero

27 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Vulcano mantiene su intención de anticiparse al plazo fijado por Trasmediterránea y entregar el ferri a finales de abril. De hecho, ya está programando el calendario de pruebas de mar del buque, que arrancará en marzo. El presidente del comité, Nicolás Sangabriel, confirma que, en efecto, la marcha de los trabajos va a permitir cumplir dicho compromiso. «Y luego, ¿qué?», es la pregunta que se hace no solo Sangabriel, sino toda la plantilla del astillero, que muestra su preocupación por la falta de carga de trabajo.

Afirman que los cambios en la cúpula de la factoría para revertir la situación «tienen que ser algo más que estéticos», hasta el punto de que no ocultan que les gustaría que hubiese un comprador. Es una de las opciones que se barajan para garantizar la viabilidad del astillero si el recién reforzado departamento comercial sigue sin cerrar contratos.

«En dos meses vamos a pasar del infinito a cero», señala Sangabriel. Se refiere a la cantidad de personas que trabajan en este momento en el astillero, unas 400, el número más alto desde que arrancó la habilitación del ferri, lo que propicia que algunos días haya empleados de más de una veintena de auxiliares en las instalaciones.

El comité, principal artífice de la firma del ferri -«han sido las 85 familias que podían quedarse en la calle las que nos han movido a todos», afirmó Feijoo en su día-, está dispuesto a batallar «hasta donde haga falta» para garantizar la pervivencia de Vulcano. Una vez «demostrado que el trabajo sabemos hacerlo», pretenden que la Xunta vuelva a involucrarse si la dirección del astillero no encuentra la salida que necesitan. Sostiene Sangabriel que «lo que sobran son fórmulas para hacerlo». Cita, entre otros, el caso de Factoría Naval de Marín, saturada de trabajo desde que la adquirió Nodosa, o el de Barreras, cuando se garantizó ante Peña Nieto la construcción del flotel. «Queremos saber si el Ejecutivo está dispuesto a remar en favor del mantenimiento de los puestos de trabajo», dice Sangabriel, que se hace otra pregunta solo en apariencia retórica: «¿Cómo es posible que todos los astilleros de la ría estén contratando, que algunos incluso estén saturados, y nosotros sigamos con el agua al cuello?».

Buscarán respuestas en la entrevista que prevén mantener esta semana con el director del Igape. Pero, sobre todo, buscarán compromisos. La única posibilidad que no contemplan es que Vulcano termine muriendo por inanición. «No permitiremos que se muera un astillero como este», sostiene Sangabriel, sostiene que lo que sobran son soluciones, incluso para la supuesta falta de confianza que pudiera general la factoría entre los potenciales clientes. «Lo que no vamos a aceptar son más expedientes de regulación», sentencia.