La Hermandad de la Pasión está dispuesta a trasladar los pasos para ampliar el albergue

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

M. MORALEJO

El alcalde asegura que el dispositivo de frío está funcionando y que las 38 plazas podrían ser 44 si lo permitiese la Xunta

07 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

 

La Hermandad de la Pasión, a la que pertenecen los pasos de la Semana Santa situados en la antigua iglesia del albergue municipal, está dispuesta a trasladarlos de lugar si se llega a un acuerdo. Sin embargo, no parece ni mucho menos fácil, al contrario de lo que pensaban los colectivos sociales que lanzaron la propuesta. El objetivo sería dejar espacio libre para ampliar las plazas del centro de acogida cuando se registran olas de frío como la actual. Tal como publicaba ayer La Voz, en el convenio suscrito hace seis años por el Concello con la Fundación Valeriola (a la que pertenecía el albergue) quedaba claro que la zona de las imágenes estaba fuera de la cesión y los pasos deberían permanecer allí.

Conseguir el traslado supondría poner de acuerdo a Obispado, Concello, Comandancia de Marina y Hermandad de la pasión al tener cada uno un 25 %. El encargado de la Hermandad, Ángel Dorrego, asegura que por su parte no habría problema en llegar a un acuerdo siempre que recibieran otro espacio similar privado para guardar los pasos. «No se pueden trasladar a cualquier sitio porque no caben. Exigen un local con las mismas características y que no sea público para que no pueda resultar afectado con los cambios políticos. No nos cerramos a una negociación, solo pedimos lo mismo», aclara. Recuerda que hay «infinidad» de edificios en los que acoger a las personas sin hogar y que el albergue de Marqués de Valterra fue pensado para transeúntes y de inserción.

Sobre las críticas de la oposición por la falta de medidas contra el frío, el alcalde, Abel Caballero, explicó ayer que la noche anterior funcionó el dispositivo de frío, «un servicio permanente, pero reforzado ahora». A su juicio, «el albergue podría tener 44 plazas, pero la Xunta solo deja 38». Recordó que es la única ciudad gallega que lo tiene, de ahí que muchos usuarios lleguen de fuera. Sobre las personas que duermen en la calle, añadió que «a la gente que no quiere dormir en el albergue se le atiende con un dispositivo de la policía y de Cruz Roja» De la estancia que guarda los pasos de la Semana Santa, apuntó que «el albergue no incluye esa sala» y eludió pronunciarse sobre una posible negociación para adquirirla.

El grupo municipal Marea de Vigo denuncia que no existe ningún registro ni memoria de los ciudadanos sin techo, salvo los datos del 2015 de la Red Galicia Sur que habla de 300 personas. Insiste en que hay que buscar una solución para los que no pueden estar en el albergue y cree que a nadie le gusta dormir en la calle .

El PP reta a Caballero a decir dónde están esas personas que se atienden en las calles y cuántas son. Solicita también una alternativa para ellas.

Isaura Abelairas recuerda que hay una unidad de calle para personas sin hogar

La concejala de Política de Bienestar, Isaura Abelairas, escribe en su Facebook que en unas noches tan frías como estas quizá conviene recordar otro de los servicios que ofrece el Concello. «Todos los días de invierno sale una unidade de rúa a visitar los lugares donde sabemos que puede haber personas pernoctando en no muy buenas condiciones, llevan café, galletas, mantas y sacos de dormir, y en noches como esta vuelven a salir sobre las 22.00 horas llevando además sopa caliente», comenta la responsable del bienestar de los vigueses.

Se refiere al servicio que se coordina desde el propio albergue municipal, es decir, desde la llamada oficialmente unidad de calle del Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social. Según consta en el reglamento, su objetivo es atender a las personas sin hogar en el lugar de la ciudad en el que se encuentren con el fin de favorecer su acceso a los servicios sociales. El programa debe funcionar todos los días laborales y la concesionaria que lo gestiona tiene que realizar un recuento anual de las personas sin hogar en la ciudad.

«Estuve los diez días que dejan en Marqués de Valterra y ahora me quedé en la calle»

Víctor Manuel Díez es uno más de los usuarios que han tenido opción a dormir bajo el techo del albergue municipal. de Valterra

?¿Por qué duerme ahora en la acampada de la Praza do Rei?

?Estuve en el albergue de Marqués de Valterra diez días y como no dejan seguir más de ese tiempo me tuve que ir. Salí el día 1 y hasta el 11 no puedo volver. De todas formas yo voy todos los días a la puerta por si falla alguien y me cogen. De momento no he tenido suerte. Menos mal que me dejan estar aquí en una tienda de campaña. Hoy [por la madrugada de ayer] es el quinto día que no he podido entrar y que duermo en la acampada. Pero, voy a seguir yendo, por intentarlo que no sea.

?¿Tiene dificultades para encontrar plaza?

?Si llega una persona de 60 años, aunque no tenga ninguna dificultad y se maneje bien, entra mejor que yo, que tengo 57, aunque yo tenga problemas de movilidad. Tengo úlceras varicosas en los tobillos, si no las cuido la piel se me abre y se me puede infectar.

?¿Ha estado en más ocasiones en el albergue?

?Estuve otra vez y, como ahora, me tuve que ir. También fui al de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis, peor allí, después de pasar diez días tienes que estar un mes fuera para poder volver. Además, está muy lejos para ir andando.

?¿Cómo es la vida dentro del albergue?

?Tienes que ir a tu rollo, cuanto menos hables es mejor porque hay personas con las que puedes hacerlo, pero con otras no. No se puede estar todo el día allí. En Teis sí. Puedes entrar a las cinco, ducharte y a las siete cenar. Estoy deseando que algún día me cambie esto. Una vez me tocó la lotería, 6.000 euros, y lo invertí en la enfermedad de mi padre. Tuvimos que llevarle al Juan Canalejo, a A Coruña, pero no pudo ser y se murió.

?¿De qué vive?

?Vendo lotería en la puerta de las consultas externas que tiene Povisa en el 120 de Gran Vía. Antes me ponía en la entrada principal del hospital, cuando se entraba por la calle Salamanca.

?¿Y no le da para pagar una pensión?

?No. Están prohibitivas.

?¿Tampoco tiene algún familiar al que recurrir?

?Tengo la casa de mi madre, pero no voy porque chocamos y discutimos. Tiene 84 años y no me gusta enfadarla, se pone enferma.

?Supongo que no se podrá permitir tener vicios.

?No bebo ni fumo. El único vicio que tengo es hacer quinielas de fútbol con la esperanza de que me cambie la vida. Es mejor no hacer todas las apuestas en una columna y hacerlas de dos en dos, porque así Montoro se lleva menos.