Unos encapuchados detienen ilegalmente a un electricista y le pegan para reclamarle dinero
VIGO
La Policía arrestó a tres sospechosos que contrataron al trabajador para hacer una obra en un taller
18 ene 2018 . Actualizado a las 16:37 h.La Policía Nacional detuvo a tres jóvenes venezolanos acusados de detener ilegalmente y dar una paliza a un electricista de Vigo para reclamarle la devolución de un dinero que adelantaron para una obra en un taller. Tras reclamarle la suma, unos encapuchados lo metieron en un coche, los matones le dieron una paliza y lo abandonaron herido en Candeán. Los hechos ocurrieron el 19 de diciembre y fueron denunciados por los médicos del hospital que atendieron de los golpes a la víctima. Según relata la Policía, la víctima era un electricista que tiempo atrás había realizado una instalación eléctrica en una vivienda del Barrio de las Flores. Al finalizarla, el inquilino le pidió presupuesto para hacerle otra reforma en un taller de mecánica del automóvil que estaba montando con otros dos socios, y tras estudiarlo aceptó el presupuesto. Le adelantó casi 1.500 euros para que comprase el material necesario e hiciese las gestiones administrativas. Cuando el trabajo en el taller ya estaba bastante avanzado, el contratista le dijo que sus socios ya no querían que les hiciese el trabajo y que debía devolver el dinero adelantado. El trabajador le indicó que eso era imposible ya que se lo había gastado en materiales y en solicitar los permisos del montaje eléctrico. Al regresar a casa, el electricista fue abordado por dos individuos que lo introdujeron en un coche, le taparon la cabeza y lo llevaron al taller. Al llegar le ordenaron que desmontase toda la instalación, proceso que finalizó varias horas más tarde. Una vez retirado todo el material le dijeron que ya se lo habían devuelto así que él debía de hacer lo mismo con el dinero. Al no disponer de esa cantidad de dinero encima lo golpearon, y al caer al suelo lo maniataron para que no pudiera defenderse, tras lo cual recibió diversos golpes en la cabeza que lo dejaron inconsciente. Al despertar, recibió más golpes. Finalmente lo metieron en el coche para dejarlo en las cercanías de Candeán, no sin antes amenazarlo para que guardase silencio. La Policía siguió la pista de los matones y descubrió que seguían amenazando a la víctima y sus familiares para que estuviese callado.