«El caso del Olivo no puede quedar así»

La Voz VIGO

VIGO

Oscar Vazquez

Las exintegrantes que denuncian infracciones graves del club han logrado que se reabra el expediente

17 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La causa contra El Olivo de fútbol femenino ha sufrido un giro en los últimos días. Pese a que en principio se había dado carpetazo al expediente del equipo por infracciones que incluían suplantación de identidad de una jugadora, la parte denunciante ha conseguido que se reabra. La futbolista en cuestión, Jessica Bedoya, y una exfisioterapeuta del equipo, Paloma Díaz, aseguran que el archivo se debió a una cuestión burocrática y siguen adelante.

Infracciones

Suplantación de la ficha en al menos tres partidos

En marzo trascendió que Bedoya había denunciado al Olivo ante la Federación por utilizar su ficha cuando ya había abandonado a todos los efectos el club. «No estaba jugando mucho, pero a la vez interfería en sus estudios y decidió priorizar. No hubo ninguna desavenencia», precisa Díaz un extremo que desde El Olivo niegan: aseguran que fue expulsada por su conducta a instancias de su técnico, Toni Pazó, que se había quejado. Las dos partes sí coinciden en el uso indebido de la ficha cuando ya no pertenecía al equipo. «No se puede tomar a cachondeo. Somos personas, no fichas para mover a su antojo. Si la otra se vuelve loca y pega un puñetazo, por ejemplo, la responsable sería la que figura en el acta; y si la que está jugando se lesiona, tampoco tendría mutualidad», manifiesta la fisioterapeuta.

Reacciones

Denuncia al ver que el club no actuaba

La primera reacción de Bedoya al ser consciente de lo que estaba pasando fue ponerlo en conocimiento del club, dice. «Llamamos al presidente y nos dijo primero que no sabía nada, que no hiciéramos nada, que ellos se encargaban de solucionarlo, y luego que no, que era falso. Cuando yo tenía esa acta», recalca Díaz. Camilo Pais replica que no se produjo esa llamada y que no ha tenido contacto con la jugadora desde que dejó de pertenecer a la entidad. Díaz y Bedoya mantienen que Pazó preguntó en varias ocasiones tras su marcha si Jessica había fichado por otro equipo, circunstancia que no se produjo y de la que creen que se aprovecharon para cometer la infracción. Ante la gravedad de los hechos, y al ver que El Olivo no actuaba, iniciaron el proceso.

La versión del técnico

Pazó admite la infracción

Siempre según la versión de Bedoya y Díaz, el propio Pazó confirmó a la primera mediante WhatsApp que había usado su ficha cuando esta le pidió explicaciones y a continuación la bloqueó en esa aplicación, sin darle oportunidad de dialogar al respecto. «Reconoció que tenían una jugadora con cuatro amarillas y que lo habían hecho para que no se perdiera el siguiente partido», cuenta Paloma. Aunque esa es la irregularidad más grave, también refieren impagos, mentiras constantes y personas que ejercieron como delegados sin tener la cualificación necesaria para desempeñar ese rol.

Primeras consecuencias

Denuncia y sanción

La denuncia fructifica y en julio se conoce la resolución. El Olivo es sancionado con una multa de 3.000 euros, la pérdida de dos categorías y la inhabilitación de Toni Pazó durante 18 meses. El técnico siguió asumiendo ese rol en principio ?luego fue relevado?, pero el descenso sí se hizo efectivo. Mientras, sin embargo, el club recurría al TAD y, dice Paloma, difundía un retrato ficticio de Bedoya como una jugadora «problemática y conflictiva» que había actuado movida por la venganza. «Si las cosas son así, no te despides de jugadoras y cuerpo y técnico diciéndote ellos que esta es tu casa», indica.

Giros en el caso

Anulación y reapertura

Un incumplimiento en los plazos provocó que el TAD anulara el fallo de la Federación contra el Olivo en noviembre. «El único problema fue de forma, faltaba un papel y por eso al recurrir se les dio la razón», expresa Díaz. Ahora se ha abierto un expediente nuevo y confían en que se haga justicia. «Hemos sido jugadoras, queremos que el fútbol femenino crezca. Estas cosas hay que denunciarlas», reivindica. Consideran tan responsable a Pazó como al club y creen que lo mínimo sería disculparse y cambiar de dirigentes en una entidad cuya situación no les agrada ni como deportistas ni como antiguas integrantes. «Es una pena con lo que El Olivo ha sido. Esto no puede quedar así».

Dos versiones

El Olivo contradice el relato de las denunciantes

Desde el club, su presidente, Camilo Pais, muestra su confianza en que si el TAD les dio la razón una vez, lo haga de nuevo. «Está todo en manos de los abogados», dice. Se muestra sorprendido por que «esta señora sea quien de reabrir un expediente» y piensa que detrás de ella puede haber «una mano negra».