El campo de pruebas sería el antiguo hospital Cíes, que se convertiría en residencia de mayores
04 dic 2017 . Actualizado a las 23:39 h.Comisiones Obreras defiende que el edificio del antiguo hospital Cíes tiene que seguir siendo público. Su apuesta, como anticiparon el pasado verano, pasa por convertirlo en una innovadora residencia de mayores, un centro gerontológico que responda al nuevo concepto que se está implantando en Europa, esto es, lo más parecido al hogar previo del usuario. “Un modelo de atención centrado en la persona”, defienden. La central sindical pretende ir un paso más allá y crear un observatorio gerontológico.
Recuerdan que Galicia es la comunidad más envejecida de España, lo que la convierte en un laboratorio, un “campo de pruebas” inmejorable en palabras del responsable de la federación de pensionistas, Tito Ucha para saber cómo afrontar a futuro el envejecimiento de la población.
Plantean que sea una fundación la que esté detrás de dicho observatorio, en la que estarían presentes, además de la Xunta de Galicia, las universidades y el Concello de Vigo.
Para elaborar la propuesta de centro residencial de mayores han contado con la colaboración del arquitecto Salvador Fraga y del doctor Miguel Vázquez, especializado en geriatría. El primero recordó que el edificio lleva más de dos años vacío, “que es lo peor que le puede pasar a una casa”. Dijo también que, el inmueble está en perfecto estado, por no hablar del hecho de que haber sido un hospital le convierte en un escenario idóneo para el fin que se persigue, ya que la adaptación resultaría relativamente sencilla.
Miguel Vázquez, por su parte, aseguró que después de recorrerlo de punta a punta ha confirmado que el edificio “tiene más posibilidades” que necesidades. Explicó que en función de la estructura y los espacios, el centro contaría con capacidad para 98 plazas, de las que 22 estarían diseñadas dentro de un modelo de unidad convivencial y 4 en sendos apartamentos tutelados.
La Tesorería Territorial, propietaria del inmueble, lo sacó a subasta en marzo, pero nadie hizo una oferta. Algunos elementos constructivos a conservar, como la gran escalera central, retrae las posibles ofertas privadas.
La viuda de José Bar Boo, arquitecto que diseñó el edificio, considera que la administración gallega tiene una ocasión única para conservar una obra que también calificó de única “y magnífica”. Invitó a los políticos a “espabilarse” y a reconocer por fin el trabajo de un profesional nacido en Vigo que siempre tuvo un reconocimiento más internacional que local.