Diego Silva encuentra su camino

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Tras jornadas en un segundo plano, el delantero del Coruxo ha revertido su situación y lleva dos goles

28 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras años dejando su sello en los campos de Preferente y Tercera, el pasado verano ante Diego Silva (Tomiño, 1986) se presentó la oportunidad de dar el salto a Segunda B de la mano del Coruxo. Tres temporadas espectaculares en el Choco le abrieron las puertas de una división hasta entonces desconocida y en la que no ha tenido un aterrizaje sencillo. Fue titular las dos primeras jornadas pero luego se vio encadenado al banquillo, un territorio en el que apenas se había movido y que le ha hecho pasar momentos delicados. Ahora, de vuelta en el once y con la tranquilidad de haber marcado sus primeros goles en Segunda B, el delantero se siente liberado.

«Non foi unha situación fácil, estaba acostumado a xogar sempre e cando te ves no banquillo pásalo mal, pero seguín adestrando igual para tentar convencer ao míster e agora tiven a miña oportunidade», confiesa Silva. A los 31 años el delantero se estrenó siendo titular en las dos primeras contiendas del campeonato, pero la competencia y su falta de adaptación a la categoría le relegaron a un segundo plano del que le ha costado salir. «Supoño que se sumou un pouco todo. En Segunda B hai máis competencia ca en Terceira e é máis difícil entrar a xogar, e o ritmo da categoría víñame alto», desgrana el jugador, «pero agora penso que xa estou máis adaptado a una liga na que a xente aperta máis e na que hai menos espazos».

Hace dos semanas, en el derbi frente al Rápido de Bouzas, su situación vivió un punto de inflexión. Rafa Sáez le dio la titularidad y en la segunda mitad, en medio de un partido trabado y feo, le hicieron un penalti. En la lista de tiradores que el técnico redacta él era el tercero en discordia, pero cogió el balón, preguntó a su compañero Álex Arias si le dejaba tirarlo, y el extremo dijo que sí. «Só me dixo que o metera. Tiña moitísimas ganas de marcar, estaba seguro de que quería metelo, despois o que pasara...», recuerda entre risas. Y lo que pasó fue que lo anotó y consiguió así su primer gol en Segunda B.

«Foi unha liberación, a verdade, porque aínda que non estaba sendo titular, si tivera minutos e oportunidades para marcar, pero non o conseguira. Creo que ese día, dalgún xeito, se abriu a veda». El domingo, ante el Cerceda, repitió titularidad y firmó otro tanto. La confirmación que necesitaba para ratificar que algo había cambiado, que empezaba a ser el Silva que deslumbraba en Tercera. «Noteime máis liberado, xa estiven máis ao nivel que penso que podo estar. Atópome moito mellor e con máis ritmo».

Trabajo para el cambio

¿Cómo consiguió Silva revertir su situación? Pues al modo tradicional: trabajando. «Adestrando duro cada día e entrando con minutos pouco a pouco. Agora o adestrador está contando comigo e teño que aproveitar a oportunidade. Os meus compañeiros tamén tiveron moito que ver, axudáronme moito, e iso é de agradecer. En situacións deste tipo hai que ter paciencia e saber que o teu momento chegará».

A lo largo de su vida futbolística Silva tan solo había vivido una situación similar de travesía por el banquillo, y había sido precisamente en el Coruxo. Hace nueve años, recién llegado de Preferente, no consiguió asentarse en un equipo que entonces militaba en Tercera y que le ha vuelto a abrir las puertas de una categoría superior. Ahora, constatado que con paciencia y empuje se alcanzan los objetivos, Silva solo piensa en seguir teniendo minutos, marcando goles y ayudando a su equipo. «Non me arrepentín en ningún momento de dar o paso, xogar en Segunda B é moi bonito, só hai que ter paciencia».