El jugador fue determinante en la victoria del sábado
17 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Asegura David Chapela que la experiencia que está viviendo en el Balonmán Cangas poco tiene que ver con la temporada en Asobal que experimentó hace dos años defendiendo los colores del Teucro, el club en el que se formó y fraguó un nombre. Ahora, dice, está disfrutando más. «Las sensaciones son muy distintas. Creo que a nivel de confianza lo que tengo este año con el Cangas es lo que viví el año pasado con el Cisne, dista de lo que tuve en el Teucro, en el que tenía otro rol», razona el central dos días después de reventar la portería del Cuenca con ocho goles que alimentaron la remontada y la victoria de su equipo.
Chapela se ha adaptado a la carrera al Balonmán Cangas, a su gente y a su forma de jugar. «Lo disfruto mucho, soltándome, siendo yo mismo, me hace pasarlo bien y hacerlo mejor», explica el jugador, que cree que la clave de su integración es que llegaba a un equipo hecho. A pesar de que Pillo se quedó sin hombres importantes en verano y de que el club tuvo que acudir al mercado, las grandes líneas ya estaban marcadas. «No hubo grandes cambios y eso me benefició. Era yo el que tenía que amoldarme al grupo y no dar forma a todo el equipo».
A priori, el papel de Chapela no era sencillo. Llegaba para jugar en el puesto de central que David García, con su marcha a Francia, había dejado huérfano. Desde el primer momento quedó claro que el balonmano del de Bueu y del exteucrista no tenían nada que ver, pero cabía la posibilidad de que Chapela acusase una presión añadida que, asegura, no le ha afectado. «Creo que David García es un icono del Cangas, así que era imposible reemplazarlo. Su juego y el mío son muy distintos, por lo que en ningún momento percibí más presión por sentir que yo era su sustituto. Yo no podía venir a suplirle, así que me evadí de esa idea», cuenta el hoy central del Cangas.
Un trabajo flexible
David Chapela ha encontrado en el Balonmán Cangas y en las directrices de Pillo libertad para su juego. El entrenador, experto en sacar un rendimiento enorme a sus jugadores, solo le marca las pautas. «Me dice que me suelte más si tengo ocasiones de lanzamiento, que tire más, pero me da bastante libertad, nos dice que juguemos sin miedo». En Asobal, Chapela tiene la oportunidad de hacer un balonmano muy similar al que practicaba la campaña pasada en el Cisne, y eso es un ventaja, aunque el cambio de categoría es obvio.
«Estoy intentando hacer lo que hice el año pasado, que es por lo que me trajo el Cangas, pero tengo que evolucionar en el juego porque la categoría es superior y con gente a mi lado como la que tengo y con Pillo como técnico, tiene que notarse». De su paso atrás hace dos campañas, cuando renunció a seguir en el Teucro para irse al Cisne, no se arrepiente. Al contrario. Lo volvería a hacer. «Fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Lo disfruté y les debo mucho. Gracias a ellos estoy aquí».