Los de O Morrazo superan al Cuenca y se hacen fuertes en el feudo de O Gatañal
15 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un magistral David Chapela, autor de ocho goles, guio al Balonmán Cangas a su segunda victoria ante el Ciudad Encantada, incapaz de frenar al veterano Alen Muratovic -cinco tantos- y atascado ante el sistema defensivo 6-0 de los gallegos en los minutos decisivos. El Cangas empieza a hacerse fuerte en O Gatañal. En su anterior partido le había remontado tres goles al BM Logroño; ayer levantó una desventaja de cinco goles (12-17, min. 33) en el segundo tiempo, gracias a una notable mejoría defensiva.
Dominó el Ciudad Encantada mientras pudo marcar el ritmo: sólido en defensa, con un gran Leo Maciel en la portería y explotando el lanzamiento de Nolasco y Xavi Castro (diez goles entre ambos).
Los locales sufrían para marcar, con sus extremos estrellándose contra el portero, Potic desaparecido y Simic demasiado acelerado. Solo Chapela y Muratovic aportaban claridad al ataque. Con un parcial 3-0, los de Pillo le enseñaron sus dientes. El técnico visitante, Lidio Jiménez, pidió tiempo muerto (15-17, min. 36) y el intercambio de goles mantuvo a los suyos por delante hasta que una exclusión de Mendoza dio aire al Cangas.
El guion del choque había cambiado. O Gatañal ya era una caldera y los locales un muro en defensa. Otra exclusión a Ponciano castigó al Ciudad Encantada. Su rival se puso por delante (24-23) e incluso dispuso de un penalti para incrementar su renta: Maciel se lo sacó a Menduíña.
El brasileño Ponciano devolvió la igualdad en la siguiente acción y Pillo, paró el choque. La suerte se alió con los suyos porque el rechace tras un error de Potic le cayó a las manos de Vujovic. El Ciudad Encantada respondió rápido. 25-25. Faltaban 4 minutos.
Sin espacios para armar el brazo, Chapela y Potic exhibieron su calidad con un fly finalizado por el serbio. El Ciudad Encantada se precipitó y Cerqueira y Muratovic dispararon al Cangas. 28-25 a falta de minuto y medio. El choque parecía sentenciado pero dos errores dieron vida a los conquenses, que se pusieron a un gol a falta de nueve segundos.