Cincuenta piezas acompañan al Pergamiño Vindel y repasan el medievo gallego

EFE

VIGO

Caroline Conejero | EFE

Relicarios, escudos de armas o unos zapatos y un báculo del obispo de Ribadeo, entre las piezas integrantes de la muestra

10 oct 2017 . Actualizado a las 17:18 h.

Un total de 50 piezas acompañan al Pergamino Vindel, que desde hoy permanecerá abierto al público en el Museo del Mar, en Vigo, hasta el 4 de marzo de 2018.

La exposición está estructurada en siete partes, cada una encabezada por una estrofa de las cantigas de amigo de Martín Códax que recoge el Pergamino Vindel, donde se representan la espiritualidad, las relaciones de poder y las familiares, el amor sacro y el profano, la música y las alegorías del mundo medieval.

El comisario de la muestra, Francisco Singul, ha detallado, durante un recorrido previo a la inauguración esta tarde, que presidirá Alberto Núñez Feijóo, que se ha tratado de buscar un equilibrio entre piezas originales del XIII con otras contemporáneas inspiradas en las cantigas y en el mar de Vigo.

Entre las piezas que acompañan al pergamino figuran sendas reproducciones en gallego de las siete partidas de Alfonso X, que, ha destacado Singul, prueban que el gallego de la época «no solo era una lengua dedicada a la literatura».

También hay bajorrelieves, capiteles, reproducciones en madera de instrumentos musicales tallados en el Pórtico de la Gloria, escudos de armas, relicarios, y unos zapatos y un báculo del obispo de Ribadeo.

Son piezas cedidas provenientes de catedrales, archivos, bibliotecas, colecciones privadas, museos provinciales y catedralicios.

El descubridor

Dentro de la muestra tiene su protagonismo Pedro Vindel, a través de un libro de Cicerón similar al que halló oculto el pergamino en su interior, así como un facísimil de 1914 previo a su restauración.

Completan la exposición otros elementos más recientes como cuadernos de autores como Álvaro Cunqueiro o Fermín Bouza Brey inspirados en las cantigas medievales o una pintura de Urbano Lugrís que reproduce la ría de Vigo y las Cíes.

Francisco Singul ha incidido en el «esfuerzo muy importante» realizado para acondicionar en el Museo del Mar un espacio expositivo de 200 metros cuadrados con unos «niveles adecuados» de humedad, temperatura y seguridad para el pergamino y el resto de obras.

Todas ellas conforman «un fresco» de la cultura medieval gallega, que «fue de primer nivel y siguió siendo fuente de inspiración hasta nuestros días. No murió en la Edad Media», ha resaltado.

Sobre el Pergamino Vindel ha destacado es «una pieza de lujo», realizada en un pergamino nuevo y en la parte de la carne, y que se trata de una obra original y no de un palimpsesto, lo que denota que se trataba de «un encargo importante».

Ha abundado en que es una copia a partir de un original hecha en el último tercio del siglo XIII por dos amanuenses, uno «de gran calidad, profesional», que se encargó de las seis primeras cantigas, y el otro, autor de la séptima y última, que no se dedicaba a esta labor y con una grafía «menos cuidada».

Finalmente, dos decoradores hicieron las letras capitales del manuscrito.