El juicio del Odriozola queda visto para sentencia 18 años después del accidente

E.V.Pita VIGO

VIGO

M MORALEJO

El derrumbe «no fue casualidad», según un perito ha asegurado en el juicio civil

25 sep 2017 . Actualizado a las 10:34 h.

El juzgado de primera instancia número 10 de Vigo ha reanudado esta mañana las vistas por la demanda civil de los afectados por el desplome del edificio Odriozola en marzo de 1999. La jornada ha recogido el testimonio de varios expertos que hicieron sus informes periciales sobre la caída del muro medianero durante unas obras y del colapso de la pared del centenario inmueble de la calle García Barbón.

Uno de ellos, que examinó el escenario de las ruinas tras el accidente mortal, admitió: «El derrumbe no fue casualidad, fue causal». En su informe apunta a que hubo una «deficiente» demolición de la obra colindante.

En el banquillo se sientan como demandados dos promotores y el demandante, el hijo de unos inquilinos del ático que sobrevivieron al desplome.

Uno de los testigos de ratificó en su informe, que sostiene que al muro afectado se le transmitían las vibraciones de las obras de demolición colindantes y que la no reparación del hueco generado por las vigas retiradas modificaron el equilibrio. Parte de la estructura de la casa número 4 derruida, en referencia de dos crujías seguían en pie, aguantó y no se colapsó, lo que para el abogado de los perjudicados supone que realmente el inmueble tenía robustez, en la parte en la que no se tocó por las obras de demolición en el solar colindante. La supresión de los forjados «sí influyó». El perito que visitó el inmueble admite que había señales previas de «ruina». Mantiene que en este tipo de obras «siempre es necesario el apuntalamiento». 

«No pudo ser casualidad, fue causal», dijo el mismo perito que inspeccionó el escenario del derrumbe, en el que falleció aplastada una vecina del patio cuando veía un partido del Celta. 

El inspector ocular vio cómo reaccionó el muro y «el equilibrio en el que estaba y el desequilibrio que se produjo». Excluye causas como aguas subterráneas o movimientos sísmicos. También anotó en su informe la existencia de un socavón en el lugar del derrumbe pero no aclaró si fue por un cedimiento de terreno y se remitió a la descripción del informe que realizó hace casi 20 años, lo que recordó en tono indignado. 

Este señaló que, antes del accidente, existía un proyecto básico de demolición pero otra cosa es que diga cómo se va a ejecutar. Señala que era necesario especificar las medidas suficientes para realizar el apuntalamiento. Su conclusión es que hubo una «deficiente» ejecución de la demolición.

La jueza dio cinco días a las partes para que redacten sus conclusiones y dicte sentencia.