«Mi primer salto en paracaídas fue con ocho años desde el aeropuerto de Peinador»

a.m. VIGO / LA VOZ

VIGO

Paracaidismo Galicia

27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

David Doval dice que nació en el paracaidismo. Su padre fundó en 1988 el primer club gallego, con base en el aeropuerto de Peinador. En 1990, a los ocho años de edad, el vigués ya estaba realizando su primer salto tándem desde un avión a 4.000 metros de altura, y a los 14 ya saltaba él solo. «Desde entonces, cada fin de semana me tiro de los aviones», cuenta. Puede llegar a hacer alrededor de 150 saltos cada mes cuando hace buen tiempo, ya sea como instructor en el club Paracaidismo Galicia o por libre, acompañado de sus amigos. Asegura que lo de ser instructor no es su profesión, sino un hobby al que dedica buena parte de su tiempo. Se siente muy cómodo en el aire y explica que nunca sintió miedo alguno por tener que enfrentarse al vacío. «Llevaba queriendo saltar desde los seis años. Cuando al fin lo conseguí y llegué al suelo me puse a llorar, pero porque quería volver a subir», cuenta. Desde entonces ha visto evolucionar y profesionalizarse este deporte y todavía se sorprende de que alguna gente que salta por primera vez no sepa lo seguro que, según él, es en realidad. «Hace 20 años que es obligatorio llevar un dispositivo que detecta la velocidad y la altura a la que estamos y en el caso de que nosotros no abramos el paracaídas, despliega automáticamente el de emergencia. Directamente, nos salva la vida», afirma. Aunque admite que «los accidentes existen», compara el riesgo de hacer paracaidismo con el de tener un accidente de coche.

Lo que más le gusta del paracaidismo es sentir que realmente puede volar, y explica que esto sí es posible aunque esté cayendo a una velocidad de 300 kilómetros por hora. «Podemos subir, bajar y hacer figuras. Eso es lo que realmente te acaba enganchando y no es fácil para nada, pero es increíble», asegura.

Cuando en 1995 se construyó la nueva terminal en Peinador y aumentó el tráfico aéreo, ante la ausencia de otro aeropuerto gallego en el que poder practicar paracaidismo el club tuvo que trasladar su base al aeródromo de Braga, donde permanece actualmente. Pese a ello, David Doval insiste en que sigue siendo «cien por cien vigués». Cuando salta, le gusta mirar a lo lejos y divisar las islas Cíes en los días claros.