Agradecimiento dentro de un ataúd

Carlos Ponce AS NEVES

VIGO

Óscar Vázquez

Miles de personas acudieron a la romería de Santa Marta en Ribarteme

31 jul 2017 . Actualizado a las 12:44 h.

«Salvo que pase unha desgraza, a procesión non se vai suspender», reconocía el alcalde de As Neves, Xosé Manuel Rodríguez, a primera hora de la mañana, cuando la lluvia amenazaba estropear uno de los días más señalados del año para el municipio pontevedrés. Y los fieles no fallaron.

Miles de personas asistieron a la procesión en honor a Santa Marta de Ribarteme, una de las más peculiares y originales de Galicia. Diez ataúdes abiertos (el récord hasta el momento de esta histórica tradición) con personas que se ofrecieron a ir en su interior fueron los protagonistas, un año más, de este particular evento. Los 26 grados que había este sábado por la mañana en As Neves provocaron que muchos de los ofrecidos tuvieran que llevar un abanico e incluso ventiladores portátiles para luchar contra el calor dentro de los féretros. Sus familiares, que los llevaban a hombros, acabaron exhaustos.

Turistas alemanes, ingleses, vecinos de As Neves y fieles procedentes de toda Galicia poblaron desde primera hora de la mañana los alrededores de la iglesia de Santa Marta con el objetivo de lograr un sitio privilegiado para presenciar la procesión.

Aparcar fue una misión no tan imposible gracias a voluntarios de la comisión de fiestas, que ayudaban a cada conductor que llegaba a Ribarteme a encontrar un sitio en alguno de los aparcamientos habilitados para la ocasión.

«Es la primera vez que venimos, lo vimos esta semana por la tele y nos llamó mucho la atención», asegura María José Rodríguez, de Vigo, que acudió con su marido a presenciar la procesión desde la primera fila.

Quien viene a la segunda fiesta más rara del mundo, según el periódico The Guardian, siempre quiere volver. Como Juan Lago, un vecino de Tui que se estrenó el año pasado y que volvió a repetir este sábado.

La comitiva con los diez féretros partió cerca de la una de la tarde, cuando finalizó la misa oficiada en honor a Santa Marta. La virgen está considerada la intercesora de las personas que sufren graves problemas de salud. Por ello, quien se ofrece a la ardua tarea de entrar vivo en el féretro, suele hacerlo porque estuvo cerca de la muerte y la intervención de Santa Marta, la patrona, lo salvó.