Quien viene a la segunda fiesta más rara del mundo, según el periódico The Guardian, siempre quiere volver. Como Juan Lago, un vecino de Tui que se estrenó el año pasado y que volvió a repetir este sábado.
La comitiva con los diez féretros partió cerca de la una de la tarde, cuando finalizó la misa oficiada en honor a Santa Marta. La virgen está considerada la intercesora de las personas que sufren graves problemas de salud. Por ello, quien se ofrece a la ardua tarea de entrar vivo en el féretro, suele hacerlo porque estuvo cerca de la muerte y la intervención de Santa Marta, la patrona, lo salvó.