La tragedia ocurrió en plena madrugada tras declararse un fuego que fue provocado
15 jun 2017 . Actualizado a las 14:30 h.Un fuego provocado, uno de tantos en el verano gallego, fue el detonante de la tragedia que tiñó Fornelos de luto aquel trece de agosto de 2010. Era madrugada y los brigadistas se repartían por los montes del concello pontevedrés para pelear contra las llamas, que habían creado una muralla naranja visible en la comarca.
Una lengua de fuego los separó de sus compañeros, que dieron la alarma enseguida. Pero los esfuerzos de los equipos allí desplegados no impidieron que se produjera el terrible desenlace: los dos compañeros perdieron la vida entre las llamas.
Los fallecidos eran Julio Martínez Da Silva (27 años), natural de la parroquia de Estás en Tomiño y Rodrigo Amo González (35), de la parroquia de Priegue en Nigrán. Ambos tenían una larga experiencia como brigadistas. Habían participado, respectivamente, en siete y cinco campañas de dispositivos de extinción y trabajaban para la empresa pública Seaga.
Julio Martínez y Rodrigo Amo formaban parte de un grupo formado por siete personas que se encargaba de planificar las labores de extinción. Sobre las once de la noche el fuego los separó de los compañeros y finalmente sus cuerpos aparecieron a cien metros de la pista donde los habían visto por última vez.
Terminó sus vidas y arrancó entonces el duro camino de las familias para pedir justicia. En el año 2015 reclamaban ante el Tribunal Superior de Xustiza una revisión de las indemnizaciones recibidas, ya que entendían que habían perdido a Julio y Rodrigo por una mala planificación del plan de emergencia.