El botellón toma Montero Ríos ante la impotencia vecinal

s. antón VIGO / LA VOZ

VIGO

Cedida

Denuncian «un ruido infernal» además de orines en portales

11 jun 2017 . Actualizado a las 08:59 h.

Vecinos y hosteleros del entorno de los jardines de Montero Ríos dicen sentirse impotentes ante los estragos que cada fin de semana provoca el botellón que, aseguran, ha tomado la zona sin que ni Puerto ni Concello «muevan un dedo», dicen. Este no ha sido una excepción. La noche del viernes y la madrugada del sábado cientos de jóvenes y adolescentes se dieron cita para beber en la calle.

La Policía Local reconoce que las denuncias de vecinos por el botellón son constantes, no solo en el Náutico, también en otras partes de la ciudad, pero dicen que la falta de efectivos por los recortes de personal -«tendríamos que ser 500 y somos poco más de 300»», dice un agente- les impide actuar con eficacia.

Si en algo coinciden los empresarios con los vecinos es que la erradicación del botellón es una decisión política. «Para hacer inspecciones a los locales de hostelería siempre hay tiempo y personal, pero para atender nuestras quejas no. Estamos hartos de llamar y que no hagan caso», afirma César Ballesteros, presidente de la Federación de Hosteleros de la Provincia y propietario del hotel Bahía, uno de los edificios que sufre las consecuencias del botellón. Anuncia una cascada de denuncias si el próximo fin de semana se repite la situación de la madrugada de ayer. «Encima como los jardines y las escaleras están en zona portuaria, se pasan la pelota unos a otros y nadie toma medidas», afirma.

Por su parte, el presidente de los comerciantes del Náutico, Rubén Pérez, califica la situación que viven cada semana de «escándalo» que hay que erradicar de una vez.

El problema se complica con la llegada del buen tiempo, ya que el número de bebedores en la calle se incrementa, con lo que, dicen, también se incrementan las borrachearas y con ellas las llamadas a los timbres de las viviendas, los orines y vómitos en los portales, los ruidos y el «sembrado» de botellas y bolsas por doquier.

El presidente de la Autoridad Portuaria, López Veiga, se comprometió hace meses a tomar cartas en el asunto para erradicar el problema. Hasta la fecha, el anuncio y las amenazas de sanciones (hasta 60.000 euros) se quedaron en eso, en amenazas.

Por su parte, la oposición municipal reclamó al gobierno de Caballero en octubre que aplique la ordenanza de convivencia ciudadana y ocio, que impide la concentración de personas por la noche y el consumo de alcohol en la calle. Es la norma que en su día permitió devolver la tranquilidad a los vecinos de la calle Teófilo Llorente y el entorno de la Colegiata.