El hombre que se disparó en la casa de su expareja murió de una hemorragia

L. C. Llera / E. V. Pita CANGAS / LA VOZ

VIGO

Á.P

Tenía una orden de alejamiento de la mujer, a la que había amenazado con un cúter

02 may 2017 . Actualizado a las 07:41 h.

El vecino de Cangas Miguel Ángel Vilarinho Fernández, de 52 años, que se atrincheró el domingo por la noche con una escopeta de caza en la casa de su expareja en la avenida de Lugo de Cangas, murió ayer de madrugada como consecuencia de las heridas que se causó al dispararse mientras sujetaba el teléfono a través del cual intentaban persuadirle desde el exterior para que depusiese su actitud y se entregase. Vilarinho tenía una orden de alejamiento de su expareja a la que había amenazado el pasado martes con un cúter.

El hombre fue ingresado a medianoche en el Hospital Povisa de Vigo con heridas de munición a la altura del hombro y el pecho. En principio no parecía que las heridas revistiesen tanta gravedad, pero sufría una grave hemorragia interna. La munición le había alcanzado al sistema coronario y el herido fue trasladado del Hospital Povisa al Álvaro Cunqueiro, donde los médicos certificaron su defunción a las 2.30 de la madrugada. Atrás quedaban unas horas que fueron un auténtico infierno para las fuerzas de seguridad y las personas involucradas.

Miguel Ángel Vilarinho llevaba más de cinco años separado y era padre de una hija con la que no mantenía mucha relación. Tras esta ruptura comenzó a salir con una nueva pareja a la que conoció a través de la política, ya que estaba involucrado con el trabajo de la formación Cangas Decide, en cuya lista ocupó el puesto número 17 en las últimas elecciones municipales. Hasta hace un año la vida parecía sonreírle y demostraba su felicidad colgando vídeos bucólicos de paisajes y flores en YouTube.

Pero tras el deterioro de su nueva relación, hace unos meses ya había intentando llamar la atención del vecindario amenazando con tirarse del balcón de la vivienda en la que residía.

La semana pasada, las cosas empeoraron. Según fuentes policiales, el martes el hombre esperó a que su expareja saliese de una oficina en la calle Ferrol a las 22.15 horas y se introdujo en su coche, amenazándola con un cúter. Varios testigos trataron de reducirlo y llamaron a la policía. Después de este incidente la víctima lo denunció y las autoridades judiciales le impusieron una orden de alejamiento. Cuando la mujer llegó a su casa, a las 21.30 horas del domingo, vio que la puerta mostraba signos de haber sido forzada y, sin llegar a entrar en su casa, avisó a la Guardia Civil.

En pocos minutos, hacia las diez de la noche, se había organizado un amplio despliegue de la Policía Local y la Guardia Civil, que cortaron la calle y establecieron un perímetro de seguridad alrededor de la vivienda en la que estaba atrincherado el hombre con un arma de fuego y con escasa munición.

Hasta el lugar se desplazaron hasta seis dotaciones de la Guardia Civil, que recibió refuerzos. Mientras la mujer permanecía en el cuartel, los negociadores de la Guardia Civil se trasladaron hasta la vivienda de la avenida de Lugo para tratar de convencer al hombre para que depusiese su actitud, pero no tuvieron éxito a pesar de que también intentó mediar un amigo del propio Vilarinho que lo define como «una buena persona que sufrió un trastorno».

Había recibido tratamiento psiquiátrico e incluso llegó a estar hospitalizado

Miguel Ángel Vilarinho era muy activo socialmente y muy conocido en Cangas por su participación en bandas de tambores que acompañan a las procesiones religiosas de Semana Santa. Este año ya no participó en el desfile religioso porque la cofradía comprobó que estaba mal de salud, puesto que desde hacía algún tiempo recibía tratamiento psiquiátrico.

Tras el episodio ocurrido el pasado día 25 el hombre fue ingresado en un centro hospitalario y, para sorpresa de las fuerzas de seguridad, le dieron el alta al día siguiente tras haber cometido un intento de agresión con el cúter.

Vilarinho era oriundo de la zona de A Cañiza, de donde es originaria su familia, aunque llevaba mucho tiempo establecido en Cangas, donde desarrolló una labor social como voluntario de Protección Civil. Había sufrido una lesión y tenía una incapacidad, aunque realizaba algunos trabajos de albañilería.