Caballero y la Marea «fascista»

VIGO

MARTA OJEDA

El alcalde carga contra el grupo de la oposición por exigir la lista de contratos de confianza tras la imputación de un funcionario

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La estudiada beligerancia de la clase política, anteponiendo siempre la presunción de inocencia a cada acusación, quedó ayer eclipsada por la rajada del alcalde. Abel Caballero no dudó en llamar «fascistas» al grupo municipal de Marea, dejando a un lado ese flotador que es la palabra presunto. evitó hablar de la afiliación masiva al PSOE de familiares del ourensano Pachi Vázquez a pocas fechas de celebrarse unas primarias en el partido del puño y la rosa, pero sí entró al trapo cuando le preguntaron por la denuncia de Marea, que puso en duda la limpieza en la incorporación al Concello de Vigo de personas que no fueron sometidas a procesos de contratación.

«¿A quién le importa lo que diga Marea?», espetó el regidor, sonrisa en boca, a una periodista que buscaba reacciones. «No le importa a nadie, pero el fascismo tiene muchas manifestaciones y eso es fascismo puro y duro». La reacción estuvo precedida por la comparecencia del portavoz de la autodenominada fuerza progresista, Rubén Pérez, que reclamó por enésima vez la relación de los puestos municipales que no fueron sometidos a procesos de contratación. Pérez añadió que, aunque «mediáticamente el foco se pone sobre los concejales», la «capacidad de condicionar la contratación pública» y de «saltar la ley para contratar de manera irregular» no se puede ejecutar «sin la colaboración de determinados trabajadores públicos».

La cuñada de Silva

El silencio que guarda Carmela Silva desde que se conoció el martes la imputación de un funcionario municipal acusado de enchufar a una cuñada suya no ayuda a calmar las aguas. Más bien todo lo contrario. Marea recordó ayer que todo forma parte de la misma tesis que defiende su grupo municipal, y que dibuja una presunta trama a la hora de colocar, en puestos clave, a personas afines para tejer una red de colaboradores que no pondría oposición a una posible colocación masiva de trabajadores que cobrarían del Concello.

El Partido Popular, que cierra esta comitiva de dardos envenenados en formato de ruedas de prensa, reiteró ayer, a grandes rasgos, los argumentos que ya expuso el miércoles en el salón de plenos su portavoz, Elena Muñoz. La petición de explicaciones a Carmela Silva, por la petición de cárcel para el citado funcionario, fue su principal caballo de batalla, aunque sin éxito. Visto lo visto, parece que la falta de respuestas será el pan nuestro de cada día, al menos esta semana.

Muñoz también reprocha al ejecutivo local que no apoyara las mociones que presentó para rebajar el impuesto de la basura un 25 % y para reforzar la presencia de policías locales que atienden mujeres maltratadas. Lo que sí varió en su discurso fue el toque de atención al edil Carlos López Font, del que dijo que mintió al asegurar que son 12 agentes, y no 6, los que atienden a las víctimas de agresiones machistas. Y todo ello, en un alarde de valentía, sin usar la palabra presunto.