Juzgan por narcotráfico a dos vigueses en paro que vivían en lujosos chalés

E.V.Pita VIGO

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Se movían en el entorno de un famoso nacional, uno era campeón de ciclismo y hacían gala de un alto nivel de vida pese a carecer de ingreso. También es juzgado un proveedor portugués que se movía en Mercedes

01 feb 2017 . Actualizado a las 18:02 h.

La quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, ha abierto esta mañana un juicio contra tres supuestos traficantes de cocaína en Samil, en Vigo el 5 de noviembre del 2015 delante de la casa de la abuela de uno de los implicados. El vendedor portugués y sus compradores vigueses tenían en su poder un paquete negro que contenía 118,6 gramos de cocaína. Tenían contactos en Portugal, donde supuestamente iban a vender la droga. Disponían de pistolas eléctricas.

Los acusados se declararon inocentes y alegaron que su alto nivel de vida estaba justificado porque tenían ingresos procedentes del mundo del deporte y la compraventa de coches.

La defensa pidió la nulidad de las escuchas telefónicas y alega que uno de los implicados no era tenía un alto nivel de vida sino unas propiedades inmobiliarias. Alegan que 60.000 euros que tenía un acusado era dinero de unas acciones y no de la droga.

Otra de las quejas de la defensa es que la policía habría usado un teléfono móvil como un micrófono. Otro abogado también pidió la nulidad porque la operación fue una mezcla de procedimientos distintos, incluido en una investigación ajena realizada a amigos de un famoso nacional de belleza de Vigo. Uno de los acusados, Rubén C., era amigo de Mister España, un conocido de la infancia, lo que no prueba nada.

Los acusados, uno de los cuales vino de prisión, son Rubén C.C., Luis Silverio A.C., y Anxo P.S. Dos de ellos eran deportistas y atletas metidos en el mundo de los gimnasios y la bicicleta de alta competición. La Fiscalía pide cinco años y tres meses para cada acusado y multa de 20.000 euros.

Intervenciones

El fiscal antidrogas de Pontevedra, Luis Uriarte, defendió la legalidad de las intervenciones telefónicas a los sospechosos porque algunos investigados ya habían sido condenados por drogas. Además, presentaban un patrimonio desproporcionado respecto a sus ingresos, uno hacía importantes inversiones, otro hacía enormes gastos y un tercero compraba pisos y coches pese a no tener ingresos. Uno de ellos estaba en el paro y vivía en un chalé en una de las zonas más exclusivas de Vigo. También tenían reuniones con otros reincidentes del narcotráfico, algunos implicados. También trataban con gente que viajaba al sur de España, al parecer para subir hachís.

El primer implicado, Rubén C.C., en libertad, solo declaró ante su abogado. Es un ciclista de élite que obtuvo grandes premios en su categoría de bicicleta de montaña. Aseguró que hasta mayo del 2014 su pareja tenía un gimnasio que compraron a sus suegros en el 2010 a muy buen precio y «vivíamos muy bien». Además, ganaba premios con las carreras de mountain bike, lo que le permitía obtener patrocinadores, hasta que dio positivo en dopaje en cocaína y perdió la licencia por dos años. Tras quedarse en paro, su nueva pareja le ayudó y en febrero del 2015 él inició un negocio de compraventa de coches, que le genera ingresos y comisiones. Niega que le detuviesen con 53.000 euros sino con 25.000 euros de la facturación del gimnasio y de la venta de un coche. Algunos sospechosos de narcotráfico del Sur de España eran clientes de la venta de coches y uno le amenazó por «chivato», lo que él niega. «Nunca tuve problemas con la policía», dice.

A otro implicado, Silverio, lo conoció en Portugal en una carrera de ciclismo y «me regaló cocaína». En Vigo, se intercambiaron piezas para su Mercedes y a veces Silverio le pasaba cocaína. Quedó en Samil con dicha persona para comprar droga por 150 euros. «Consumo desde los 18 años, medio gramo al día», señaló y dijo que ahora sigue tratamiento para rehabilitarse de su drogodependencia.

Por su parte, Anxo P.S., en libertad, haria funciones de contravigilancia. Explicó al tribunal que Rubén era su amigo y jefe en la compraventa de vehículos. «Era un negocio boyante, no una tapadera», dijo. Quedó en Samil con él para arreglar un tema de unas bicicletas cuando llegó un coche y el conductor habló con el jefe y se fue. Sin embargo, el fiscal vio una contradicción porque inicialmente, en su declaración judicial, Anxo dijo que ese día no había visto a Rubén. En las escuchas  ambos se les oyó decir: «Llega ya tu pepino, prepara 150 euros». Según Anxo, el «pepino» era su propia bicicleta. Es consumidor esporádico de droga y está en rehabilitación.

Luis Silverio A.C., portugués en prisión provisional, conoció a Rubén en Portugal en una carrera de bicicletas. «Hablábamos de coches y yo le vendía cocaína», dijo a su abogada. El día de la detención pasó por Vigo y quedó en la casa de la abuela de Rubén para tratar de una pieza de su Mercedes.