Pescanova fuerza a la banca portuguesa a negociar el rescate de la macroplanta de rodaballo

VIGO

M. MORALEJO

El proceso judicial marca un plazo de 4 meses para negociar financiación y quita con los acreedores

01 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Acuinova Actividades Piscícolas o, lo que es lo mismo, el negocio del cultivo de rodaballo de Pescanova en Portugal, aún no está perdido. La compañía tratará de salvarlo recurriendo a un procedimiento judicial (proceso especial de revitalización de empresas), que es el equivalente al preconcurso de acreedores.

La idea que ahora está sobre la mesa es llegar a un acuerdo de refinanciación de los más de 100 millones de euros que arrastra este activo, originados en buena medida por los fallos en la construcción, que han afectado gravemente a la actividad piscícola.

El nuevo equipo de gestión, que lidera el consejero delegado, Ignacio González, tomó su primera decisión sobre Mira a los pocos meses de su llegada, hace ahora un año, al descartar la apertura de la segunda fase de la planta para el cultivo de rodaballo. En primer lugar, porque requeriría una inversión que la compañía no estaba dispuesta a hacer; y en segundo lugar, porque la producción de esta especie es la justa para evitar que los precios se derrumben. Pero nunca descartó su rescate.

La filial portuguesa siempre fue un project finance. Nació como activo disponible para la venta. Durante los últimos meses, el equipo de Ignacio González ha estado presionando a los bancos portugueses para que tomaran una decisión sobre sus intereses en Mira, dados los infructuosos intentos llevados a cabo para su venta (tanto Mercadona cono Stolt Sea Farm rechazaron la oferta). Ante las nulas expectativas de encontrar un comprador, Pescanova ha planteado el proceso anunciado ayer como la forma más viable para que la filial lusa, que no computa en las cuentas del grupo desde hace dos años, se reintegre en la compañía de una forma viable. 

Quita del 90 %

La gran duda que se abre es hasta qué punto la gran banca portuguesa, que no pasa por uno de sus momentos más boyantes, está dispuesta a perder. Fuentes conocedoras de las conversaciones previas a este proceso aseguran que, en ningún caso, los actuales dueños mayoritarios de Pescanova, es decir, los bancos Sabadell, Popular, Abanca, Caixabank, Bankia, BBVA y UBI, van a plantear una quita de la deuda financiera inferior a la que ellos han tenido que acatar en el concurso del grupo Pescanova y que llegó a superar el 90 % en buena parte de las filiales.

Acuinova Portugal da empleo a 127 personas y produce al año entre 1.900 y 2.300 toneladas de rodaballo de primera calidad, lo que supone entre el 20 y el 25 % de la producción acuícola lusa y posiciona a la empresa como uno de los líderes del sector.

La vieja sociedad teme su inminente dilución al 2 %

El viejo accionariado de Pescanova estima que la ampliación de capital de 350 millones anunciado por la nueva sociedad (de la que es accionista) diluiría 10 veces su actual participación, quedando reducida del 20 % que tiene ahora, al 2 %. La sociedad de cartera registró unas pérdidas de 2.999 euros al cierre de su último ejercicio fiscal (que abarca del 1 de diciembre del 2015 al 30 de noviembre del 2016), frente a un beneficio de 73.629 euros del ejercicio precedente.