Una cantera de pequeños estrategas

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El Trasnos lleva seis años formando a niños en el béisbol, una especie de mezcla de «ajedrez y atletismo»

09 ene 2017 . Actualizado a las 11:26 h.

Cambió a los doce años un país donde el béisbol impera sobre casi cualquier otro deporte por una comunidad, Galicia, en la que se encontró con que era casi desconocido. Pero ante ese escenario, Fernando Rodríguez Villanueva no se iba a quedar de brazos cruzados. Tras jugar en el Vigo Runners se marchó a Cataluña para entrenar durante seis años en la extinta sección de béisbol del F.C. Barcelona y, de vuelta, hace ahora seis años, formó el club Trasnos del que hoy es coordinador, entrenador y presidente.

«Quise poner en marcha un proyecto propio diferente, una escuela en la que comenzamos con 20 niños y ahora tenemos 100 de todas las categorías, con edades comprendidas entre los seis y los 17 años», desgrana Rodríguez Villanueva. Ese crecimiento ha sido fruto de un intenso trabajo, pues «aún sigue siendo raro que un padre diga que su hijo practica béisbol en lugar de fútbol» y captar a pequeños para la causa resulta una tarea compleja.

Las visitas a los colegios se han convertido en un gran recurso para promover el béisbol entre los más pequeños. «Todas las mañanas durante el curso aprovechamos las horas de Educación Física para darlo a conocer y ofrecerles la posibilidad de que vengan a probar», apunta. En esas actividades tienen la oportunidad de comprobar que a los profesores les agrada el béisbol porque «un niño gordito que quizá no tiene facilidad para correr sí destaca pegándole a la pelota y se siente bien; eso significa que cualquiera puede ser protagonista en este deporte».

La fuerza es precisamente una cualidad que puede marcar diferencias, pero no la única. «La destacaría junto con la velocidad y la agilidad mental. Hay una frase con la que se suele definir al béisbol y que me parece muy acertada: es una mezcla entre atletismo y ajedrez», asegura. Y lo justifica así: «Al margen de la parte física, hay un componente importante de técnica, de pensar. Igual que en el ajedrez sacrificas un peón para ganar un alfil, aquí lo haces con un bateador para conseguir avanzar otro».

Las reglas son, admite, uno de los aspectos más exigentes y la parte que más cuesta a los pequeños. «Hay muchas normas con las que familiarizarse. Y en una misma jugada puedes tomar un sinfín de decisiones», profundiza el preparador. La clave es no solo decantarse por la acertada, sino hacerlo en tiempo récord, pero sin guiarse por la improvisación. «Debes pensar a qué base tirar antes de que te llegue la pelota, porque de lo contrario le dejas tiempo al rival para llegar a la base y le estás dando ventaja».

La mejor manera de progresar en este sentido es empezar pronto, a los seis años mejor que a los diez. «Entre esas edades es la etapa alevín, y no es lo mismo pasar en ella cuatro años, formándote y aprendiendo poco a poco, que solamente uno», constata. La precocidad permite comenzar por un bésibol «más básico» donde la prioridad no es otra que la diversión. «Lo que más les gusta a los niños es sin duda batear y lanzar y son los aspectos que más se practican al principio», comenta.

Nuevo reto

Eligieron el nombre de Trasnos porque querían que fuera gallego y también que hiciera referencia a una característica propia de los niños. Pero esos críos han crecido y en este 2017 los juveniles ejercerán por primera vez como conjunto sénior en la Liga Nacional. «Son chavales de 17 años que comenzaron con nosotros siendo alevines. Es un gran salto que supone un reto, una ilusión y una gran aventura. Ya han ganado a equipos sénior, pero hay que ver cómo responden ahora».

Este es un nuevo logro para un club que presume de ser el primero en Galicia en tener un internacional juvenil, Miguel Groba, que el año pasado disputó el europeo de la categoría. Y redondearon el 2016 ganando la Pony League en categoría sub-16 en la primera vez que un equipo español lo lograba. En el debe, las instalaciones y el factor económico. Pero siguen adelante.