En Vigo tienen exención los bienes de la Iglesia católica, los consulados o los montes comunales, entre otros. Los colegios públicos tampoco pagan el IBI y el Concello permite que los centros concertados no lo abonen siempre y cuando sí paguen el impuesto por las instalaciones que no se dediquen expresamente a educación. En sanidad no existe esa excepción y las clínicas privadas sí pagan. Caso distinto es el de la Universidad, que mantiene un histórico contencioso con el Concello por el medio millón de IBI que le cobra cada año.