La automoción como motor de Galicia

Alberto Vaquero

VIGO

22 sep 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Resulta evidente que la industria de la automoción es una de las principales actividades para Galicia y uno de sus motores económicos, sobre todo para la comarca viguesa. El análisis estadístico así lo atestigua. En la actualidad esta industria supone más de 19.000 empleos directos, a los que se podrían sumar otros 24.000 indirectos. Su facturación anual representa el 15 % del Producto Interior Bruto de Galicia (8.200 millones de euros en 2015), generando el 12 % del empleo industrial y más del 30 % de las exportaciones gallegas.

Son muy pocas las industrias gallegas que tienen unas cifras similares. Además, no hay que olvidar que su rentabilidad económica se encuentra por encima de la media de las actividades productivas de Galicia. Es más, si elaborásemos un ránking por generación de ingresos, la importancia del sector de la automoción sería superior a lo que se produce en la industria agroalimentaria, a la construcción y a la industria pesquera. Únicamente el sector de la automoción estaría por debajo de la actividad textil, confección o moda. Su importancia estratégica supera el ámbito regional, alcanzado cotas nacionales, ya que la producción gallega representa el 15% del total de vehículos de toda España.

Por todo lo anterior, no es de extrañar que la administración autonómica clasifique al sector de la automoción como un pilar estratégico para nuestra economía, equiparando su importancia a otras actividades como el turismo, la producción textil y la generación de energía. Su importancia es vital para el conjunto de Galicia.

Además, no podemos obviar que si bien durante los años de crisis todas las industrias sufrieron importantes mermas, uno de sectores que mejor soportó este deterioro fue precisamente el de la automoción.

A él le debemos el mantenimiento y la posterior mejora de los indicadores industriales en Galicia.

Parece, a tenor de la actual situación, que ya ha pasado aquella etapa de estancamiento de las exportaciones de vehículos y que de nuevo, la automoción gallega está mejorando su competitividad. La apertura a nuevos mercados y la apuesta decidida por la innovación parece que ya están generando sus primeros frutos. La conclusión es evidente: una de nuestras locomotoras económicas no va sobre raíles, sino que tiene (y va) sobre ruedas.