Un vigués en las olimpiadas de Física

Irene Jiménez Toledo VIGO

VIGO

Oscar Vazquez

Lorenzo Sanmartín participó en los campeonatos internacionales, donde obtuvo una mención de honor, lo que significa estar entre los 67 % mejores del mundo

22 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lorenzo Sanmartín empezó presentándose a la olimpiada local, animado por su colegio y el club de física. Lo que no se imaginaba era que ese viaje acabaría en Zúrich.

Obtuvo uno de los cinco primeros puestos en la olimpiada nacional, celebrada en abril en Sevilla, lo que le dio el billete para ir a Suiza. «No esperaba llegar a la olimpiada internacional. Si hubiese quedado entre los 20 o 25 mejores en el nacional hubiese sido un éxito para mí. Pero bueno, el examen me salió bien, también es tener un poco de suerte. Es importante saberse el temario pero también es el momento, estar inspirado», dice.

Ya en el campeonato internacional tuvo que realizar dos pruebas de cinco horas, una experimental en la que «sobre todo es ver que eres capaz de tomar datos correctamente e interpretarlos, ser capaz de ponerlos en un gráfica...», cuenta él mismo. Dos días más tarde se enfrentó a la prueba teórica, la cual constaba de tres problemas.

Lorenzo Sanmartín cuenta que el examen práctico se dividió en dos partes: «Primero nos daban una batería de litio y teníamos que medir la resistencia de una lámina de grafito, con un método que te explicaban brevemente. Luego teníamos que estudiar cómo, al variar la longitud de la lámina, cambiaba su resistencia. La segunda parte era sobre unas semillas vibrando en un altavoz que iban cambiando y se iba modificando la posición de las semillas según la altitud del altavoz».

Los contenidos del campeonato internacional iban más allá de lo que se da en el instituto, nivel en el que están los alumnos. Ese hecho marcó la diferencia entre la prueba de Zúrich y la de Sevilla. «El temario es mucho más amplio, de primeras, va mucho más allá que el de bachillerato, y tuvimos que prepararnos en poco tiempo bastante temario nuevo. Era más de pensar, de aplicar muchos conceptos nuevos que todavía no teníamos claros porque los habíamos aprendido justo la semana anterior», explica.

Sanmartín obtuvo una mención de honor, lo que significa estar entre el 67 % de los mejores del mundo. Las medallas en este torneo se dan por porcentajes. El 8 % de los mejores reciben la medalla de oro, el siguiente 17 % obtiene la medalla de plata, el bronce es para el 25 % posterior, y finalmente el 17 % restante recibe la mención de honor.

El viaje duró una semana, en la que, además de realizarse las pruebas aprovecharon para hacer otras actividades. Estuvieron en Lucerna, el monte Rigi o Lienchestein, pero lo que más le llamó la atención fue la sede de la Organización Europea para la Investigación Nuclear. «Fuimos al CERN, que es uno de los centros de física nuclear más importantes del mundo y eso nos encantó a todos, era de lo nuestro. Me sorprendió bastante el sitio, trabajan más de 10.000 físicos y es un sitio muy chulo», argumenta.

En cuanto a su experiencia en la olimpiada nacional comenta que fue una experiencia muy buena. «Convives con personas de todos sitios de España, es diferente. Te pasas un par de días fuera de casa, conoces a gente que le gusta lo mismo que a tí». Pero que el viaje a Zúrich ya fue «otro nivel», destaca la convivencia con gente de otros países y ver las distintas culturas. «Estás con gente de 90 países y aunque no llegues a hablar con todos si que ves que las costumbres son muy distintas. Por ejemplo, antes de empezar el examen, los asiáticos se descalzaban, y es algo que a nosotros nos chocaría».

Lorenzo Sanmartín considera la física como una de sus aficiones. Dice que empezó «leyendo algo más» y se dio cuenta de que había mucha gente a la que también le gustaba, poco a poco fue entrando en ese mundillo. Así se enteró de la existencia de las olimpiadas. «Es ir entrando en el juego, y al final puedes aprender mucho de gente que, como a tí, le gusta la física», dice.

Otras de las aficiones que tiene es pasar tiempo con sus amigos y leer. Lorenzo ha terminado este año segundo de bachillerato y obtuvo un 13,7 sobre 14 en la prueba de selectividad. Ha decidido estudiar Ingeniería Aeronáutica en Londres.