El Tribunal Superior anula el paseo verde previsto entre Coia y Samil

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Xoán Carlos Gil

El proyecto se queda sin cobertura urbanística tras desaparecer el Plan Xeral

09 jun 2016 . Actualizado a las 13:52 h.

Una de las propuestas estrella del Concello en la última década es ya un cosa del pasado sin que finalmente haya podido iniciarse en este tiempo. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha dado carpetazo a la creación del pasillo verde entre el barrio de Coia y la playa de Samil al quedar sin cobertura por la anulación en noviembre pasado del Plan Xeral de Ordenación Municipal de la ciudad.

La decisión fue adoptada días atrás tras el recurso de propietarios de terrenos afectados que rechazaban su entrega al Concello. Los jueces no entran en el fondo del asunto y consideran que el proyecto de ampliar la avenida de Europa no tiene encaje legal en el ordenamiento urbanístico vigente, el de 1993, una vez que el del 2008 ha desaparecido. Con esta medida se constata nuevamente las graves consecuencias de una anulación que agrava la parálisis urbanística de la ciudad generada por la crisis económica.

El proyecto municipal pretendía extender en unos 30 metros el margen derecho de la avenida de Europa para crear un corredor verde que llegaría hasta Samil. De esta manera, enlazaría con la zona ajardinada pegada a la avenida de Castelao que atraviesa Coia y facilitaría el acceso peatonal o en bicicleta a la principal playa de la ciudad.

Sin embargo, los propietarios de las parcelas afectadas no estaban de acuerdo con la entrega de sus terrenos sin que antes se desarrollasen urbanísticamente los ámbitos en que se encuentran. El Concello les ofrecía un reconocimiento de la edificabilidad para facilitar el traspaso de las parcelas, pero lo rechazaban.

Ante ello, un grupo decidió acudir a los tribunales asesorados por el abogado Carlos Coladas-Guzmán, y el TSXG les ha dado la razón. Según los jueces, el caso planteado es similar a otros de Ourense tras la anulación de su Plan Xeral. Entienden que «los recursos posteriores contra la misma disposición general anulada en su conjunto han perdido su objeto, de forma que esa circunstancia comporta la expulsión del ordenamiento jurídico de la ordenación urbanística cuya nulidad ha sido declarada por los tribunales». En otras palabras, que sin un planeamiento que lo tutele el proyecto no es legalmente viable.

El corredor verde atravesaba seis ámbitos (Cruceiro, Pertegueiras, Dunas, Tomás Paredes, Fontes Pertegueiras y Millareira), que no llegaron a ser desarrollados mientras duró la vigencia del plan del 2008. La única posibilidad para el Concello es que pueda encajar el paseo previsto en el plan de 1993, actualmente vigentes, o esperar años a que exista un nuevo Plan Xeral.

106.000 metros cuadrados para un plan en cinco fases

El gobierno socialista llevaba casi una década impulsando un proyecto que pese al interés municipal no llegó a arrancar en este tiempo. En el 2007 se puso sobre la mesa y dos años después se encargó la redacción del proyecto al estudio Fraga, Portolés y Quijada.

El resultado fue un pasillo verde de unos 1.800 metros de longitud resultante de ampliar la avenida con una franja de al menos 30 metros de ancho. En total, el Concello quería expropiar 106.000 metros cuadrados y los técnicos proponían ejecutar la zona verde a lo largo de cinco fases, lo que alargaría los trabajos. La propuesta planteaba dejar la carretera como está, sin ampliarla para su equiparación con la avenida de Castelao, y centrarse en las zonas peatonales.

La exposición pública generó 32 alegaciones, de las que 23 fueron aceptadas, aunque parcialmente, y las 9 restantes rechazadas en su totalidad. Ante ello, algunos propietarios acudieron a los tribunales y han logrado su anulación. En el plano económico, el presupuesto estimado ascendía a 11,7 millones de euros para expropiaciones (si no funcionaba la cesión a cargo de futura edificabilidad) y otros 7,8 para las obras. En total, cerca de 20 millones.

Prueba de la complejidad de la operación es que afectaba a un centenar de parcelas, en cuatro de las cuales existen viviendas. Y en el plano medioambiental, además de los jardines de Sales cruzaba el humedal de A Fochanca.

Con el parón al proyecto se bloquea la reforma del acceso a Samil, todavía más necesario por la existencia del barrio de Navia. En estos años, lo único que ha podido hacer el Concello es construir una acera en la margen izquierda que evite la imagen de peatones acudiendo a la playa por el margen de una carretera.

Jardines de Sales y nudo de la VG-20, los dos obstáculos

Crear este corredor peatonal dotado de carril bici no era tarea sencilla incluso si no hubiera sido anulado y el Concello hubiera conseguido la cesión de los terrenos o los hubiera expropiado. El principal inconveniente físico es la existencia de una gran rotonda ubicada entre el final de Coia y el colegio Amor de Dios. Obviamente, el pasillo verde hubiera tenido que sortearla, lo que implicaría un rodeo.

Junto a lo anterior, la segunda dificultad era que su trazado atravesaba los jardines de la Fundación Sales. Sus propietarios presentaron una alegación para que se respetara esta zona verde, pero el gobierno municipal la rechazó. El argumento fue que se tomarían las medidas para proteger el jardín botánico y que así se le daría mayor relevancia y cuidado. Tras la anulación del proyecto, de momento todo quedará como está ahora.