El letrado judicial Fernando Varela coordina la oficina del Servicio Común de Notificaciones y Embargos, sita en el Casco Vello, y en la que trabajan una veintena de funcionarios. Varela confirma que se están produciendo muchas suspensiones de desalojo, sobre todo las de última hora. «En los casos de desahucios de hipotecados que perdieron su vivienda, algunos afectados esperan al último día para irse y entregar las llaves. El banco nos llama a nosotros para decir que ya no es necesario que la comisión judicial vaya al inmueble a entregar la posesión al nuevo dueño. Ahora mismo, hay muchas de estas suspensiones en el último momento. Todas las semanas hay alguno de estos casos».
No obstante, los propietarios de las viviendas prefieren acudir con la comisión judicial a la vivienda para comprobar que el moroso ha abandonado el inmueble sin causar desperfectos.
Señala Varela que los caseros aguantan varios meses sin cobrar antes de decidirse a expulsar a su inquilino por impago. «Nadie quiere irse del techo que le cobija y le piden al casero que espere, que su situación económica va a mejorar», indica este letrado judicial.
Desde que empezó la crisis, el servicio de notificación ha tenido que realizar más de un millar de lanzamientos. Este trimestre es uno de los de menor actividad.