«La solución a la lacra de los crímenes machistas no es policial»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

El agente aconseja a la maltratada que no justifique ni ampare al violento

24 nov 2015 . Actualizado a las 12:34 h.

Alejandro Gómez es profesor de de la Escuela de Formación del Sindicato Unificado de Policía (SUP) e imparte un curso para la protección a víctimas de violencia de género. También da charlas en institutos sobre violencia familiar o bullying. «Aunque se pongan mil policías en el ámbito familiar no se pueden evitar algunos crímenes. Necesitamos más medios porque hay policías que custodian a 80 maltratadas. Prevenir un maltrato no es cosa de magia, lleva su tiempo ir a los servicios sociales o hablar con la policía. Hay que prevenir a los chavales en la escuela», dice.

-Vigo ha registrado tres crímenes machistas en dos meses ¿Es solo casualidad o algo falla?

-Esto responde a la casuística, no es representativo, aquí no se hacen las cosas distintas que en otros sitios. Sí, es casualidad. En el último crimen de Vigo, en la calle Zamora, subyace una socialización en un entorno violento con dos hermanos que maltratan a su madre como algo cotidiano.

-¿Cree que mil policías protegiendo a las maltratadas podrían evitar estos asesinatos?

-No, ni mil policías podrían evitar estos crímenes machistas. La vida en la familia es el punto de partida de unas situaciones que sobrepasan la acción policial. La prevención debe basarse en la socialización y la educación, la solución a esta lacra no es policial.

-¿A quiénes imparte clase en su curso contra los malos tratos?

-A policías y víctimas de violencia de género. Trabajos en técnicas no solo físicas sino también psicológicas para que las maltratadas sepan identificar los comportamientos violentos.

-¿Qué debe saber la maltratada?

-A raíz de muchos comportamientos machistas, quedan anuladas e incluso los justifican y amparan. En la escuela, les enseñamos a identificar el riesgo, saber decir no y prevenir situaciones violentas. Lo de menos es el maltrato físico, el psicológico es más destructivo. También formamos a policías para que sepan diferenciar la violencia en el hogar.

-¿Cómo es la situación en Vigo?

-La situación es grave, no solo en Vigo sino a nivel de todo el territorio nacional. Hay 150.000 denuncias anuales de violencia de género y 60 mujeres son asesinadas cada año de media por sus exparejas. El 12 % de la población femenina sufre maltrato, según las últimas estadísticas. En la UE hay 65 millones de mujeres que sufren violencia de género.

-¿Influye que el hombre abuse del alcohol o el tema de la crisis?

-El alcohol no es el problema sino la situación interna del hombre que se refugia en el alcohol para afrontar sus conflictos internos. El problema real es la socialización en un entorno violento que justifica la violencia, en el que el maltratador tiene la posibilidad de repetir las conductas en las que fue educado. La educación es el arma del maltratador.

-¿Hay mucho machismo?

-El comportamiento agresivo no solo afecta a las víctimas, nos atañe a todos en mayor o menor medida, esto hay que entenderlo. Es nuestra responsabilidad pararlo porque el maltratador se ampara en que la violencia se justifica desde la familia o los amigos. -¿Qué aconseja a las mujeres?

-Esta escuela se realiza con la colaboración de la Secretaría Xeral da Igualdade. Primero hay que hacerles entender a las víctimas qué es la violencia. Les cuesta identificar los comportamientos agresivos. El 40 % de las víctimas no se identifica a sí misma como maltratada, es una terrible estadística. Si nos roban en el coche, nos identificamos como víctimas pero ella no porque gana el componente emotivo, familiar, no se ven como víctimas, lo amparan o justifican. Muchas mujeres no dan el paso de denunciar hasta que los agresores pegan a sus hijos. Hasta entonces, lo asumen como algo natural y lo normalizan pensando que es algo que existe con frecuencia.

-¿Existen unos ciclos de violencia en el maltrato?

-Sí. Ese ciclo está muy estudiado y se repite en el 99 % de los casos. A las mujeres les enseñamos esas herramientas de identificación para que sepan reaccionar y pensar. Una persona que no está acostumbrada a la violencia se aterroriza y se bloquea. Nosotros le damos herramientas para que se desbloqueen. Una de las claves es tener sentimiento de grupo, lo que consiguen cuando se reúnen con otras mujeres que sufren el mismo problema y se sienten identificadas. Es muy importante el trabajo de grupo.

-¿Cómo se sienten las víctimas?

-Se sientes solas, rompen nexos con familia y amigos y, al final, entran en un proceso destructivo. Se quedan solas y se culpabilizan de lo ocurrido. Deben saber que no están solas ni son culpables, es un comportamiento habitual que destruye las familias. Ellas mismas se culpan porque no hicieron esto o lo otro.

-¿Cuándo hay que denunciar?

-Me gustaría transmitir a las mujeres el mensaje de que, al contrario de lo que recomiendan las campañas de las instituciones, no hay que esperar a que ocurra algo para denunciar. Cuando una mujer cree que está en una situación de violencia es mejor que se informe y acuda a los servicios sociales y no espere a que haya un hecho para denunciarlo. Es importante que sepa lo que pasa, hay que cortar antes el ciclo de la violencia. Si se informa y habla con los servicios sociales o el ayuntamiento, el resultado será muy importante.