La plantilla denuncia que la compañía está desviando trabajo a su planta de Portugal en Cerveira
13 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La empresa ZF, antigua Dalphi, despidió el miércoles a veintiocho trabajadores. Los operarios se manifestaron durante el día de ayer en el polígono industrial de O Caramuxo para reclamar su readmisión. Todos ellos tenían un contrato indefinido, según denunció la CIG.
Roberto Pazos es uno de los afectados. Cuenta que a lo largo del miércoles, la compañía les llamó a su casa para informarles de que «tiñamos que recoller unha documentación». Al llegar «anotáronnos o número da matrícula e nos levaron ás oficinas, onde nos informaron do despido». En su caso, «apoiareime na miña familia e terei que volver a casa dos meus pais». Se trata de un despido que, para él, supone «cancelar os meus plans de futuro coa miña parella». Pazos explica que el primer anuncio de la empresa fue que iban a ser despedidos 38 trabajadores, cifra que finalmente disminuyó.
Más duro es el caso de Iván Martínez. «Hoxe [ayer por la tarde] tiña unha reunión co axente inmobiliario para ver se podo mercar unha casa, e agora non podo». Martínez cree que la empresa tenía en mente estos despidos desde que le impugnaran el ERE a la compañía el año pasado por no ajustarse a la legalidad. «Eu xa sabía que estaba despedido tres horas antes de que me chamaran», explica Martínez, que se enteró de los despidos por un compañero. «A espera foi horrible».
Estos despidos afectan a veintiocho hombres y mujeres que llevaban una media de entre 15 y 20 años en la compañía. Anuncian que lucharán hasta el final para recuperar sus puestos, pues son conscientes de lo difícil que será para ellos reintegrarse en el mercado laboral con la situación económica actual.
La compañía posee dos plantas en el polígono de O Caramuxo, una de producción de piezas para la automoción y otra de investigación y desarrollo. Además, tiene otra en Portugal. Según los trabajadores, el motivo que esgrimió la dirección de ZF ante los despedidos es que no hay suficiente carga de trabajo en la factoría para todos los puestos. Es una posición de la que se desmarca el sindicato nacionalista, que recuerda que tiene una planta en Portugal y otra en Túnez a las que desvían producción, según explica el presidente del comité de empresa, Antón Outeiro.
Los trabajadores extenderán sus protestas hasta que sean escuchados, aunque son conscientes de que será difícil que haya readmisiones.