El Cunqueiro deriva a un centro la diálisis de enfermos de hepatitis C

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El centro Os Carballos seguirá tratando a 135 pacientes renales

10 jul 2015 . Actualizado a las 12:36 h.

La puesta en marcha del nuevo hospital de Vigo no provocará que todos los enfermos de riñón que se someten a hemodiálisis se concentren en un solo hospital. El centro Os Carballos, vinculado a la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo (Friat), mantiene en tratamiento a 135 pacientes frente a los 100 que desde el lunes próximo estarán en el Álvaro Cunqueiro. Y seguirá. Entre ellos estarán todos los que padezcan hepatitis C, que en este momento son ocho.

¿Por qué no se concentran todos en Beade? «Fue una cuestión de planificación sanitaria, no una decisión mía», dice el jefe del servicio de Nefrología, José María Lamas, que señala que el Ministerio de Sanidad recomienda «unidades de 80-100 pacientes». Se sopesó mantener abierta la actual unidad del Meixoeiro, pero la administración lo descartó y mantiene el concierto con la Friat.

En el caso de la hepatitis C, hace tres años se decidió concentrar a todos en Os Carballos. «Las guías recomiendan centralizar los casos de hepatitis C en un punto, aunque no necesariamente en una unidad separada. Tiene menos riesgo de contagio y es más eficiente», dice. Las máquinas se limpian a fondo y hay protocolos especiales de limpieza para la enfermería. En un primer momento, se trasladó a los pacientes del Meixoeiro. Los del Xeral eran pocos, preferían seguir allí y se mantuvieron. «Se les avisó que al abrir el nuevo hospital, se les cambiaría. Este junio se les recordó», explica el médico.

Sale al paso de la denuncia de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades de Riñón (Alcer), que se queja de que se va a cambiar dos pacientes del Xeral a Os Carballos, en lugar de enviarlos a Beade el próximo lunes, como a los demás. A uno de ellos le da igual. La otra es Natalia Begallán, tiene 37 años, lleva en hemodiálisis desde los diez. Porta el virus de la hepatitis C desde hace 17 años. «Prefiero seguir con el mismo equipo y con los otros enfermos, porque conozco a todo el mundo y llevo aquí 27 años». Son cinco horas al día, tres días por semana.

A esto se suma otro problema: el horario. Lamas reconoce que es una cuestión importante en gente que pasa tanto tiempo enganchada a la máquina de hemodiálisis. «Me han prometido que en un mes lo van a solucionar, para que pueda seguir yendo a primera hora, como venía haciendo», dice el médico.

«En el nuevo hospital tienen una unidad para pacientes aislados de cuatro puestos», dice la vicepresidenta de Alcer, Antonia Hernández. El doctor Lamas niega que se puedan usar para estos casos: deben estar siempre libres por si llega alguien con hepatitis B, más contagiosa que la C.