
Repuntan los desalojos de inquilinos por impago del alquiler, con cerca de 300 casos al año, y las expulsiones en chalés, naves, locales y garajes por no abonar la hipoteca
16 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Tras seis años de crisis, el problema de los desahucios en Vigo solo se ha resuelto con parches legales y las ayudas sociales son insuficientes. Dejan en una situación precaria a los afectados que no pueden pagar el alquiler o la hipoteca y están con un pie en la calle. La prueba es que los desalojos forzosos en la ciudad han repuntado un 10,11 % en el último año. Actualmente, hay 577 desahucios al año en Vigo frente a los 524 que hubo en el 2013.
Generalmente, es el banco quien se hace con la titularidad y promueve la ejecución del desahucio. La mayoría de los bienes que pasan a otro poseedor son garajes, chalés, solares vacíos, casas en construcción, pisos que ya no estaban ocupados, naves industriales sin actividad y bajos comerciales. De todos los desalojos forzosos del 2014, solo 12 fueron en viviendas hipotecadas que seguían habitadas por su antiguo dueño. La comisión judicial fue acompañada del cerrajero para cambiar la cerradura del inmueble y cederlo al nuevo propietario que lo adquirió en una subasta. «La mayoría de las propiedades ya sabíamos que no estaban ocupadas: había trasteros, garajes o naves de empresas en concurso y sin actividad», comenta el secretario del Servicio de Notificaciones, Fernando Varela. Si la nave está en ruinas se puede acelerar el desahucio para entregarlo al nuevo dueño y que lo reforme, como ocurrió con La Artística, que tenía derrumbes en su fachada.
En el 2013, las entidades promovieron 279 demandas de ejecución hipotecaria en Vigo para pedir la subasta de inmuebles porque sus dueños no pagaban las cuotas. En el 2014, bajaron a 264. Es la misma cifra por lo que el aumento de las ejecuciones de desahucio (los llamados lanzamientos) hay que explicarlos por el aumento de expulsiones de inquilinos que debían rentas al casero, entre 288 y 300 casos al año.
El funcionario observa «un crecimiento del volumen de desahucios, pero afortunadamente sin complicaciones ni tumultos para impedir los lanzamientos». El Servicio de Notificaciones y Embargos solo llamó a la policía en seis ocasiones para desalojar a algún afectado que no quería abandonar la casa. «En el alquiler, hay muchos inquilinos que aguantan hasta el último día y hay que llamar a la policía. No se querían marchar y se resistían porque es gente que no tiene fácil donde ir». No obstante, la oficina tiene en cuenta un convenio firmado por la Xunta, el Concello y el Poder Judicial para suspender un desahucio si el perjudicado se va a quedar en la calle. Los servicios sociales le buscan casa.