Padres de un colegio de Chapela claman desde hace diez años por un patio cubierto

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera REDONDELA / LA VOZ

VIGO

Los padres, esperando a sus hijos en la única zona cubierta de la que dispone el colegio.
Los padres, esperando a sus hijos en la única zona cubierta de la que dispone el colegio. m. moralejo< / span>

Los niños tienen que agolparse en una superficie de treinta metros bajo una uralita con goteras

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, realizó una visita a Redondela hace solo unas semanas. Fue casi a hurtadillas. Por sorpresa, se presentó en el colegio de Cedeira para llevar a cabo la inauguración de un aula multiusos. En cambio, los padres del colegio de Louredo, en la zona de Arealonga, se sienten discriminados por la consellería que ha obviado su peticiones.

«Llevamos diez años pidiendo un patio en condiciones», asegura Macarena Domínguez, vicepresidenta de la asociación de padres de alumnos del centro, situado muy cerca de la playa. Esta circunstancia explica que las necesidades sean mayores que en otros lugares porque cuando hace temporal «el viento y la lluvia nos castigan mucho y los niños no tiene un lugar donde refugiarse salvo en las clases».

Según Domínguez, reparar la cubierta de uralita actual solo cuesta 15.000 euros. «Hay muchas reparaciones que se están realizando en otros colegios que ascienden hasta a 80.000 euros», comenta la representante del colectivo escolar.

La presidenta de la asociación de padres y madres de alumnos, Olga García Ballester, señala que «tenemos 145 niños y cuando llueve no los podemos tener en la calle. Solo disponemos de un aula de 30 metros cuadrados que está al lado del comedor, que es una habitación no muy grande. Pero como no nos llega tienen que estar por los pasillos o en clase».

Los padres de alumnos se quejan de que la consellería siempre les pone pegas para no afrontar esta obra. «El año pasado la excusa era la ciclogénesis. Decían que por los temporales tenían que realizar muchas obras y que no disponía de suficiente dinero para todas. Este año no saben qué decir». Cuando arrecia el temporal tampoco hay un sitio adecuado para realizar deporte. «La pista deportiva es lo que más nos gusta, pero no hay sitio para hacer deporte si llueve, afirma Noah, una niña de ocho años que juega con sus amigas en las actividades extraescolares que se realizan por la tarde. «Estamos apelotonados cuando llueve», añade su compañera. La única zona cubierta es bajo un techo de uralita que no impide las goteras.