Covelo despide al último alcalde superviviente del franquismo

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera COVELO / LA VOZ

VIGO

El regidor José Costa no asistió por motivos de salud al pleno en que se dio cuenta de su renuncia, tras 39 años en el cargo

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

José Costa, Pepe para sus vecinos, no llegó a cumplir 40 años como alcalde. Se ha quedado cerca. Ya en las últimas municipales aseguraba que estaba pensando en el relevo para las siguiente elecciones del 2015. En realidad, el PP provincial había intentado convencerle para que no se presentase. Contaba con gracia, en el bar que frecuentaba, que fue a ver a Louzán: «Di un puñetazo en la mesa y les avisé: ?Como no me dejéis presentarme montó un partido independiente y os jodo a todos?».

Por sus problemas de enfermedad no pudo despedirse ayer en persona de los miembros de corporación después de 39 años como alcalde. A los miembros de la oposición les sentó mal esta despedida a la francesa. Se enteraron de que se iba por la prensa.

En lugar del regidor saliente, el teniente de alcalde, Pablo Castillo, dio cuenta en el pleno de ayer de la renuncia de Costa el pasado día 10. En la exposición de motivos leída por Castillo en la sesión, asegura que «por motivos de saúde que impiden o cumprimento das obrigacións propias do cargo manifiesta a súa decisión de renunciar ao cargo de alcalde».

Costa pasa largas temporadas al cuidado de su familia en Vigo. En una de sus últimas entrevista con La Voz recordaba su largo periplo en el municipio, donde es muy querido. Aunque algunos no compartiesen su forma de gobernar, ostentó sucesivas mayorías absolutas. Entró como alcalde en 1975. «Empecé como concejal tiempo antes (en 1974), mi padre ya lo era, y me presenté después de que el anterior alcalde dimitiera. Luego nos integramos en UCD y conseguimos en las primeras elecciones municipales 12 de los 13 concejales».

No le era complicado acudir al Concello a trabajar pues vivía a escaso metros del Consistorio del que se sentía orgulloso. Uno de los momentos más duros, que vivió fue el 23-F.» «Cuando se disolvió UCD nos reunimos los alcaldes de la comarca para decidir sí entrábamos en el PSOE o en Alianza Popular. La verdad es que no lo hicimos por ideología, sino porque en aquel entonces los populares tenían la Diputación».

Entró en política a los 31 años y durante su juventud fue empresario. Tuvo una constructora y fue el dueño de la discoteca Don Pedro de A Cañiza. Pero abandonó sus negocios para evitar suspicacias.

En el 2009 estuvo en el punto de mira de la Justicia por presuntas irregularidades en el manejo de subvenciones para el cámping de Maceira. Pero el asunto no se demostró. Nunca miró hacia atrás y tenía la vista en el desarrollo del municipio, para revitalizar un pueblo que, como tantos de interior, languidece por falta de nacimientos. Su promesa de crear un polígono industrial con 70 puestos de trabajo sigue en el tintero.