Manuel Sendón y Fran Herbello publican sus viajes por los «mil ríos» gallegos

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Todas las fotografías de Mil ríos tienen siempre la referencia de la proa del kayac empleado.
Todas las fotografías de Mil ríos tienen siempre la referencia de la proa del kayac empleado.

El libro incluye fotos hechas desde el móvil perdido que estaba conectado a Dropbox

31 oct 2014 . Actualizado a las 13:26 h.

Manuel Sendón y Fran Herbello presentan esta tarde, a las 19.30 horas en el salón de actos del Museo de Arte Contemporánea de Vigo, Mil ríos, el libro que documenta fotográficamente una serie de expediciones realizadas en un kayak por los ríos gallegos. Los dos fotógrafos han autoeditado el libro después de obtener las negativas de la Consellería de Cultura y de la Diputación de Pontevedra. Son quinientas copias entregadas casi por completo, en sus 324 páginas, a la fotografía, salvo dos textos introductorios de Pedro de Llano y Federico López Silvestre.

La idea motriz de este proyecto artístico fue la recuperación de la exploración directa como medio para acercarse y conocer el territorio, algo que se perdió con el avance de la técnicas, al sustituirse la representación por el conocimiento directo. Y como viven en el país de los «mil ríos», decidieron subirse a una piragua y ascender los ríos armados con una cámara fotográfica anclada en la embarcación y un teléfono móvil dotado con GPS para dibujar el recorrido efectuado.

El proyecto comenzó hace tres años, logrando completar 35 expediciones a diferentes ríos gallegos. Muchas de estos viajes fueron objeto de expediciones en espacios emblemáticos de sus alrededores, como en Vigo fue el Museo do Mar o el Faro de Fisterra.

En la expedición número 17 ocurrió algo tan imprevisible, que decidieron incorporarlo al proyecto. En el río Xallas, Manuel Sendón y Fran Herbello perdieron uno de los móviles que les ayudaban a documentar fotográficamente la expedición. El dispositivo estaba conectado a Dropbox para liberar espacio de su memoria, por lo que las fotografías subían automáticamente a la «nube».

Días después de haber concluido la travesía, los artistas comenzaron a recibir una serie de fotos desde el móvil perdido. Muchas eran de carácter familiar, pero entre ellas destacaban unas en las que parecía que se repetía la misma fórmula que ellos empleaban aunque cambiando un elemento. Si ellos siempre incluían en el encuadre la proa del kayak, el desconocido -o como ellos bautizarían, el artista colaborador -ponía sus propios pies, que en ocasiones, aparecían con las uñas pintadas. La afinidad conceptual llevó a Sendón y Herbello a incluir estas fotografías en la exposición realizada en el Faro de Fisterra y, ahora, en el libro, con un capítulo individual al término de la publicación.