Padín, que lleva tres años sin escolta, recrea en su libro los años duros de la droga en Galicia
17 oct 2014 . Actualizado a las 10:56 h.Un testigo protegido de la operación Nécora, el arousano Manuel Fernández Padín, se desplazó desde Madrid para presentar hoy en Vigo su libro Dejadnos vivir. Será a las 12.00 horas en la Casa da Cultura Galega. El prólogo es de la activista Carmen Avendaño, que le acompañará. Por la tarde, a las 20.00 horas, firmará ejemplares en la Casa del Libro.
-¿Por qué eligió ese título?
-Era el mensaje de un equipo de fútbol de las fiestas patronales de mi villa. De los once jugadores, quedamos tres: yo, con una enfermedad mental, y otros dos. Los demás murieron por las drogas, salvo uno por muerte natural. Toda mi generación desapareció o está enferma.
-¿Qué cuenta en el libro?
-Mi historia desde que a los 23 años tuve una enfermedad mental y luego me metí a contrabandista de tabaco. Pero en la primera descarga me encontré hachís y en la segunda, cocaína. Lo denuncié en la TVG y luego me detuvieron. Decidí colaborar porque los Charlines me dejaron tirado en el calabozo sin abogado. Tras 20 años como testigo protegido, con sueldo, casa y escolta. El juez Garzón y el fiscal Zaragoza nos prometieron, a mí y a Portabales, y a nuestras familias, protección de por vida, pero hace tres años nos dejaron en la calle sin nada; yo, enfermo tras un trasplante de hígado. Para ganarme la vida trabajé de mensajero pero me despidieron al tener la baja laboral y ya no volví. Vivo con una pensión no contributiva.
-¿Qué fue de Portabales?
-Hablo con él todos los días. Está escribiendo otro libro, lleva muchos años con ello. Además de en la operación Nécora, colaboró con las autoridades en distintos casos y puede contar muchas más cosas. Su hijo tiene una página en Facebook donde pide justicia para la madre. Él y sus tres hermanos no volvieron a Galicia desde los 90.
-¿Qué piensa de la redada contra el contrabando en A Pedra?
-A Vilanova venía mucha gente de Vigo a comprar droga pero ahora estoy alejado de eso. La lucha contra el tráfico va para largo.