El investigador Rafael Broullón crea un inventario que desvela los antecedentes nobiliarios de numerosas propiedades
25 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Nigrán. Casas, pazos, heráldica y linajes es el inventario del rastro hidalgo realizado por el investigador Rafael Rodríguez Fernández-Broullón en el Val Miñor, la zona donde se encuentran las propiedades de las grandes familias del sur de la provincia de Pontevedra. El libro ha sido editado por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Pontevedra, y es la primera entrega de una trilogía que recorrerá Baiona y Gondomar.
Prologado por Javier Ozores Marchesi, conde de Priegue, el autor recorre con detenimiento las siete parroquias de este municipio miñorano y desvela por vez primera, no solo el verdadero origen y evolución histórica y genealógica de ilustres casas solariegas como A Touza, Cea, Torre de A Lama, Pías, Cadaval-Urzáiz, Torres Blancas o Vilariño sino que muestra otras casas y piedras armeras inéditas hasta ahora en obras precedentes. «Descubrí gran cantidad de escudos y casas de gente importante en su momento que desconocíamos, incluso sus actuales propietarios desconocían sus orígenes», señala Broullón.
El autor desgrana las diferentes ramas familiares de estirpes como los Troncoso, Pereira de Castro, Cea, Correa, Méndez de Sotomayor, Araújo y Cabral, entre otras familias. Más de tres mil personajes incluidos en el índice y notas a pie de página relacionados, con frecuencia, por estrechos lazos de parentesco que reflejan, una vez más, la endogamia existente entre la hidalguía comarcana, común, por otra parte, a otras áreas geográficas gallegas.
En Nigrán. Casas, pazos, heráldica y linajes, Broullón aporta nueva y documentada información evitando, de manera deliberada, la consulta de otras obras
clásicas y reconocidas del género, como las recurrentes Blasones y Linajes de Galicia, de fray José Crespo Pozo, y Casas y cosas del Val Miñor, de José Espinosa Rodríguez, muy importantes en su momento, «pero deudoras, por desgracia, de una inevitable puesta al día».
Cada capítulo del libro está dedicado específicamente a una feligresía y va precedido, a modo de portada, por un mapa de situación de los escudos y de las casas solariegas existentes en la parroquia; en su reverso, un breve texto relativo a la propia feligresía y el correspondiente índice de las piedras armeras localizadas completan, finalmente, este apartado y dan paso a un periplo por las casas y pazos más significativos, su evolución histórica y genealógica, y la subsiguiente descripción y catalogación de las labras heráldicas.
Desde el siglo XV
Los escudos catalogados, que en su mayoría han sido labrados en piedra, conforman un repertorio cuya cronología comprende desde el siglo XV hasta el siglo XX; lo componen medio centenar de piedras armeras pertenecientes a la heráldica nobiliaria, en su mayor parte. En cuanto a las de procedencia eclesiástica, el autor del estudio ofrece un breve análisis descriptivo, su datación, estado de conservación y sus linajes vinculados. Rafael Rodríguez Fernández-Broullón descartó, por escapar del propósito de su obra, los escudos de índole institucional presentes en edificios oficiales, y aquellas labras de factura reciente incorporadas en las fachadas de algunos inmuebles como elementos ornamentales, porque «si bien poseen en algunos casos un apreciable interés artístico, carecen del mínimo criterio y soporte histórico».