Los armadores preparan su regreso al mercado ruso con nuevas especies

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

VIGO

Descarga de escualos en el puerto de Vigo, una especie que los empresarios quieren incluir en las exportaciones a Rusia.
Descarga de escualos en el puerto de Vigo, una especie que los empresarios quieren incluir en las exportaciones a Rusia. gustavo rivas< / span>

Además de marujito pretenden introducir sobre todo escualos y fletán

07 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El veto impuesto a los productos del mar españoles en abril del 2013 por la unión aduanera que conforman Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, obligó a los armadores a buscar mercados alternativos para las 15.000 toneladas de pescado, fundamentalmente marujito, que exportaban cada año a dichos países. Ahora, convencidos de que antes de que acabe el año, las autoridades de la zona volverán a levantar las barreras aduaneras, se preparan para regresar. Y quieren hacerlo de forma más ambiciosa, diversificando la oferta para subir el valor de las exportaciones.

Fuentes de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) confirman que la intención de las empresas es incrementar su cifra de negocio con la introducción de nuevas especies, sobre todo escualos y fletán. Hasta ahora, el marujito era el producto estrella y, por lo tanto, el más afectado por el veto. Es una especie que los arrastreros congeladores capturan en el entorno de las islas Malvinas y que se descartaba. Hasta que los armadores vigueses encontraron el mercado adecuado para su comercialización: Rusia. Enseguida dicha comecialización se amplió a Ucrania, Estonia, Letonia y Lituania.

Los empresarios vinculados a la cooperativa viguesa confían en recuperar cuanto antes un mercado que resulta particularmente atractivo. Rusia importa cada año 3.000 millones de dólares en productos pesqueros, tanto frescos como congelados, procesados o en conserva. «Hay unas incipientes clases medias que cada vez están demando un producto de más valor y queremos reforzar nuestra presencia para no perder ese tren. Estamos hablando de muchos millones de consumidores, con un nivel adquisitivo cada vez mayor y con un hábito de consumo fuerte», afirma el presidente de Arvi, Javier Touza. Añade que para que el levantamiento del veto se haga efectivo hay que superar previamente unos «flecos» burocráticos.

El pasado mes de abril un equipo de inspectores de la citada unión aduanera viajó a Galicia con la misión de examinar buques, cámaras frigoríficas, plantas de procesado, laboratorios... «Lo hicieron a conciencia», coinciden en afirmar Javier Touza y el secretario general de la patronal conservera Anfaco, Juan Vieites, cuyas instalaciones de I+D+i también recorrieron.

Buena impresión

La sensación de ambos es que los inspectores se llevaron una «muy buena impresión» de todo lo que vieron, incluido el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) del puerto. En concreto, recorrieron los buques congeladores Playa de Menduiña II, Esperanza Menduiña y Patricia Sotelo, tres plantas de procesado de Pescanova y una de Frioya, y los laboratorios de Cecopesca.

El informe preliminar elaborado por los inspectores viene a decir que aunque todo está en orden, antes de levantar el veto hay que perfeccionar algunos procesos de autocontrol. «Nos piden que aportemos un plus, que busquemos lo que ellos llaman una mayor representatividad de muestreo, es decir, un mayor número de analíticas», explica Touza, que añade que ha quedado patente que «los buques pesqueros estamos haciendo bien los deberes», y que ahora solo es cuestión de acoplar las normativas comunitaria y de la unión aduanera. En suma, de burocracia.

Para acelerar dicho acople se ha creado un grupo de trabajo a nivel nacional en el que junto al sector -Arvi, Conxemar y Anfaco- participan todas las administraciones implicadas. «La unión hace la fuerza», subraya Touza, que no oculta su optimismo sobre el pronto desbloqueo de la situación: «Estamos ofreciendo un producto de calidad, que cumple todo lo relativo a trazabilidad y seguridad alimentaria; lo único que nos piden es que nos adecuemos formalmente a unos procediemintos administrativos».