Air France celebró ayer los primeros diez años de su vuelo directo entre Vigo y París. Se trata del único internacional que existe en los tres aeropuertos de Galicia. Hay otros, pero son una impostura. Están pagados con subvenciones que salen del dinero de todos los contribuyentes. Sin las millonarias ayudas concedidas por la Xunta en los últimos años a Lavacolla, allí no habría ninguna conexión internacional.
Así que es una gran noticia. Toda una década ha resistido el vuelo entre Vigo y París, sin ayudas públicas de ningún tipo. Como suele suceder en una ciudad, la mayor de Galicia, que históricamente ha tenido que mantenerse por sí sola, con su propia fuerza y recursos, apartada del poder político y de las generosas ubres administrativas que se muestran espléndidas en otras latitudes.
La ruta con París está hoy, sin embargo, en horas bajas, con un solo avión diario, cuando llegó a tener cuatro. Es producto de la crisis económica.
Pero hay una dignidad en ello, al comparar la apuesta de Air France con la de otras compañías que solo operan a cambio de dinero público. Si esto fuese atletismo, digamos que la aerolínea francesa se ve obligada a competir honorablemente con adversarios dopados por subvenciones.
Por eso hay que entonar un sincero ¡Feliz Aniversario! para la compañía Air France y un reconocimiento desde Vigo por su apuesta por una ciudad donde Citroën tiene su mayor fábrica fuera de Francia.
Pero su conexión no solamente existe por eso. Gracias a Air France, el aeropuerto de Peinador tiene una puerta abierta al mundo. Volar a Nueva York o a Asia vía París es la mejor opción desde Galicia. Más concretamente, desde Vigo, la mayor ciudad del país que tiene, además, el único aeropuerto internacional digno de tal nombre.
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