El área de Vigo solo tiene un albergue juvenil 15 días al año

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

El recinto dispone de 80 plazas y suele utilizarse como residencia

18 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El turismo de albergues juveniles, cada vez más en auge por razones económicas, apenas cuenta con oferta en Vigo y los municipios del entorno. Lo demuestra el hecho de que solo exista una única dependencia que, además, solo funciona como tal durante quince días de julio. El resto del año se aprovecha como residencia juvenil.

Situado en el número 4 de la calle Cesáreo González, en la zona de As Travesas, el albergue de Vigo, conocido como Altamar, dispone de ochenta plazas y su titularidad corresponde a la Xunta de Galicia, como los ubicados en Santiago, Ourense y Lugo. Al margen de este centro no existen más instalaciones en la ciudad y su área metropolitana, ni de carácter municipal ni privado.

Los otros dos albergues de la provincia están situados en la comarca de Arousa, en concreto en Vilanova (Xunta) y Sanxenxo (privado).

En total, Galicia cuenta con una red de diecinueve instalaciones reconocidas de forma oficial por la administración autonómica. De ellas, ocho son de titularidad autonómica, seis, privada y cinco, municipal. También pueden estar censadas mediante el sistema de declaración responsable. La provincia de Ourense lidera el número de dotaciones con ocho, la mitad de ellas municipales, seguida de A Coruña, con cinco, de las que tres son de la Xunta, dos privadas y una municipal. Pontevedra y Lugo cuentan con tres. En esta última provincia se encuentran situadas en los municipios de Viveiro y Portomarín, además de la existente en Lugo capital. Las tres son de la administración autónoma.

Desde el inicio de la crisis, hace seis años, los adeptos a este tipo de alojamientos han ido creciendo de año en año, no solo en España, sino a nivel internacional como consecuencia de los precios asequibles, que pueden oscilar entre los veinte y 40 euros por habitación, dependiendo de que sea individual, doble o comunitaria.

Otros modelos

Un ejemplo de esta última se encuentra en albergues como el de Lisboa, situado en pleno barrio antiguo y con estancias de varias literas compartidas por los turistas de ambos sexos. Un modelo diferente es el de Córdoba. En plena judería y a escasos metros de la mezquita, sus instalaciones, aunque sobrias, son modernas con habitaciones dobles con baño.

Los albergues no son patrimonio exclusivo de las grandes ciudades. En Galicia predominan los situados en municipios más pequeños como Vilanova de Arousa, Allariz, Xunqueira de Ambía, San Xoán de Río, Vilasantar y Vilar de Barrio. Fueron los precedentes de las casas de turismo rural, la única forma que había de hacer turismo asequible en los pueblos.

Muy al contrario de lo que cabría pensar por la denominación, los albergues juveniles acogen a usuarios de todas las edades, incluso con 100 años o hasta que el cuerpo aguante. La única condición es disponer de un carné, que en el caso de los de la Xunta, se obtiene en el departamento de Xuventude de la delegación de Vigo, en la calle Concepción Arenal.

Carné sin edad

Existen diferentes tipos de carnés en función de la edad: el de jóvenes entre 14 y 24 años y de 25 a 29, el de adulto a partir de 30, el familiar y de grupo. También los precios varían de unos a otros y oscilan entre los 6 euros que cuesta el de alberguista joven, los 13 el de adulto, 16 para grupos y 21 el de tipo familiar. A cambio de esta aportación el usuario recibe el carné y un libro con todas las instalaciones existentes a lo largo de la geografía española. También se puede acceder a los albergues internacionales.

El Instituto de la Juventud (Injuve) y las administraciones autonómicas ofrecen la posibilidad de utilizar más de cuatro mil albergues repartidos por todo el mundo. Para ello cuentan con la colaboración de la Red Española de Albergues Juveniles (REAJ), representante de la Federación Internacional.

En España hay en la actualidad más de 250, situados, la mayoría, en ciudades o zonas estratégicas y con algún encanto. Es habitual que ofrezcan la posibilidad de llevar a cabo diferentes prácticas deportivas y recreativas al aire libre, así como culturales y medioambientales.