El veto ruso a productos del mar impide exportar 15.000 toneladas

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

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Inspectores de ese país visitaron buques y plantas de procesado

10 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Rusia importa cada año 3.000 millones de dólares en productos pesqueros, tanto frescos como congelados, procesados o en conserva. Es un mercado que en el último lustro está experimentando un importante crecimiento y al que los empresarios gallegos del sector no están dispuestos a renunciar. De ahí la urgencia que tienen en que la unión aduanera que conforman Rusia, Bielorrusia y Kazajistán levante al veto que en abril del 2013 puso al pescado español y que ha obligado a las empresas a buscar mercados alternativos para 15.000 toneladas de producto -es el volumen que se exportó en 2012-, con la consiguiente rebaja de cifra de negocio, que en 2012 superó los 31 millones de euros.

Un equipo de inspectores examinó durante varios días -se fueron el martes- buques, plantas de procesado, laboratorios, cámaras frigoríficas y hasta el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) del puerto del que al parecer se llevaron una «muy buena impresión». Fuentes empresariales aseguran que la delegación rusa, que realizó un «trabajo más que minucioso», pudo comprobar la profesionalidad tanto de las tripulaciones como de las personas que trabajan en las plantas de procesado. «No han escatimado tiempo en las inspecciones», señala un testigo de una de ellas.

Las inspecciones sobre el terreno fueron una imposición de las autoridades rusas para abrir de nuevo las fronteras a los productos del mar españoles. De acuerdo con las previsiones que maneja el sector, en el plazo de dos meses se conocerá el contenido del informe preliminar, que dará una idea de hasta qué punto se considera que España en general y Galicia en particular ha hecho los deberes. Aunque el sector da por hecho que ha pasado el examen con nota, nadie se atreve a poner fecha a la reanudación de las exportaciones a Rusia, dado que habrá que hacer un segundo informe, el definitivo, antes de que el Gobierno del país levante el veto.

Aunque el cerrojazo dado en abril del pasado año afecta a todas las especies, la más afectada ha sido el marujito, que hasta hace unos años formaba parte de los descartes y a la que los armadores de la Cooperativa viguesa fue capaz de dar valor comercial. Además de en Rusia, es especialmente valorada en Ucrania, Estonia, Letonia y Lituania.

El pescado congelado es, con diferencia, el que más ha notado el cierre de fronteras. En mucha menor medida lo han hecho las conservas, los moluscos, los crustáceos y el pescado fresco.