La policía detectó un piso patera con menores en Salvaterra

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera SALVATERRA / LA VOZ

VIGO

Una mendiga rumana pidiendo ayer en la entrada de un supermercado en el centro de Salvaterra.
Una mendiga rumana pidiendo ayer en la entrada de un supermercado en el centro de Salvaterra. l.c.ll< / span>

El clan huyó antes de que actuasen los servicios sociales del municipio

04 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Policía Local detectó un piso patera en el que se hacinaban más de 20 personas, entre ellos menores, en un edificio situado a pocos metros del Ayuntamiento de Salvaterra.

Los agentes vieron que los habitantes del inmueble procuraban no molestar a los vecinos y no llamar demasiado la atención. «Andaban como a escondidas», señalaron fuentes policiales. Los agentes llegaron a identificar a tres personas, pero no tramitó ninguna denuncia sino que puso el caso en conocimiento de los servicios sociales. Pero cuando estos iban a actuar todos los miembros del grupo habían desaparecido.

Los identificados eran personas de origen rumano. Se establecieron en Salvaterra después de Navidades y hace una semana huyeron al verse descubiertos. Utilizan para sus desplazamientos varios vehículos con matrículas de Portugal, Italia y Francia.

Según los vecinos, y el propio alcalde, Arturo Grandal, paralelamente a la presencia de este grupo numeroso de personas foráneas se produjo un aumento de los robos en el municipio. La policía no ha podido establecer la vinculación entre estas personas y la oleada de delitos, pero muchos vecinos se los atribuyen.

Tapacubos

Tal fue el aumento de pequeños delitos que una vecina del centro señala que semanas atrás «no podías dejar el coche en la calle por la noche porque se llevaban hasta los tapacubos».

Los ladrones incluso entraron en edificios públicos como el juzgado de paz y la guardería municipal, de donde se llevaron un ordenador.

«Yo tengo miedo, no me atrevo a salir por las noches porque te encuentras a grupos extraños», señala el empresario Adán Natividad que ha sufrido robos en su casa y en sus empresas.

El alcalde, Arturo Grandal, censuró el desembarco de mendigos en la localidad a los que explotan otros compatriotas y quiere evitar estas prácticas con una ordenanza que ha sido aprobada en el pleno y que contempla multas por mendicidad de hasta 2.000 euros.