Barreras, la gran baza de Pemex en Galicia

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A mayores del concurso de floteles, el astillero vigués ha logrado carga de trabajo por valor de trescientos millones de euros tras la entrada en el accionariado de la filial de la petrolera

29 ene 2014 . Actualizado a las 11:32 h.

Pemex apuesta por Barreras. El fallo del concurso de los floteles lo ha dejado claro pero no ha sido su único respaldo al astillero vigués. El rescate de su filial PMI con la entrada en el accionariado de la empresa supuso el rescate para el naval de Vigo, que vio resucitar sus esperanzas con la posibilidad de carga de trabajo tras el duro golpe del tax lease y la falta de pedidos.

Lo cierto es que, a mayores de las negociaciones de los floteles, que se alargan desde septiembre del 2012, Barreras ya tiene encargos por valor de 300 millones de euros. Según anunció Pemex tras su acto de entrada oficial en el astillero de Vigo, el naval de la ciudad se encargará de realizar al menos cinco barcos de los cuales ya hay un contrato firmado. Un atunero de casi 80 metros de eslora, un buque offshore multipropósito y tres barcos de abastecimiento serían los encargados de llenar las gradas de Hijos de Barreras en los próximos meses.

El cambio de situación supone todo un revulsivo para el astillero vigués, que estuvo durante dos años y medio sin carga de trabajo tras la entrega, en junio del 2011, del ferry Volcan de Tinamar. Hasta la compra de Barreras por parte de Pemex, toda la plantilla se encontraba afectada por un ERE, aunque muchos de sus trabajadores se habían quedado ya sin prestaciones.

Largo camino

Hasta llegar a la meta, Barreras ha recorrido un largo camino. El comienzo de toda la historia surgió en septiembre del 2012, cuando Núñez Feijoo anunció un acuerdo para reactivar el naval gallego. La previsión incluía promesas de renovación de la flota de Pemex y el encargo de dos floteles para Ferrol y Vigo. Entonces ya se empezaron a dar cifras, Barreras necesitaría 1.500 personas como mano de obra para el gran encargo.

Pese al optimismo inicial, lo cierto es que los meses fueron pasando y los retrasos se acumularon. Hasta la sorpresa de abril, cuando se escribió un nuevo capítulo de la historia que incluía la adquisición de un astillero gallego por parte de PMI, filial de Pemex. Barreras fue el elegido y tras el inesperado giro llegó la expectación. Pese a que el pulso entre los mexicanos y Repsol amenazó con ensombrecer el acuerdo, finalmente se solventó y empezaron a darse fechas que situaban la promesa más cerca de Galicia. Ahora, un año y cuatro meses después, las promesas se hacen realidad.