Los bancos persiguen en O Rosal a los agraciados con el gordo

Monica Torres
mónica torres O ROSAL / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Las entidades se pelean por los 20 clientes que se dividen 4 millones

24 dic 2013 . Actualizado a las 11:58 h.

El de ayer no fue un lunes al uso en O Rosal. La suerte le sonrió el domingo repartiendo entre una veintena de sus vecinos casi cuatro millones de euros del Gordo de Navidad. Y la alegría era igualmente evidente en el semblante de todos los vecinos veinticuatro horas después de que se cantara el 62246.

Este lunes no fueron los niños los más madrugadores. Mientras ellos disfrutaban de sus horas extras de sueño por Navidad, los bancos intentaban estirar las de sus trabajadores, que se afanaban por dar con los poseedores de los diez boletos ganadores. El Santander abrió sus puertas el mismo domingo para recibir a la flamante María José Álvarez. Se jubiló en él tras muchos años como empleada de la limpieza y regresó para cobrar el boleto que compró a medias con una amiga. María José demostró el domingo su fidelidad por la entidad para la que trabajó. Pero en O Rosal hay al menos otras quince personas en busca y captura. Desde primera hora, los empleados de distintas entidades tenían la consigna de ganárselos. Los poseedores de cinco de los décimos ya eran conocidos. pero todos eran compartidos. El que más, el de una peña de trabajadores de una empresa de A Cunchada, que les toca a 40.000 euros por cabeza y que ayer estaban de vacaciones.

No se confirmó personalmente, pero, al parecer, no todo el premio quedó en O Rosal. Al parecer, una profesora de Boiro que hizo una sustitución de 15 días en el colegio rural agrupado se llevó el séptimo décimo premiado. Medios de comunicación y bancos buscaban los otros tres boletos, que podrían estar en manos de una conocida empresa familiar de la zona que ayer también estaba cerrada.

La movida se trasladó ayer de la plaza de O Calvario a la calle Ramón Franco, donde por momentos, llegó casi a haber cola para comprar un número para la lotería del Niño. Ahí está la administración número 1, regentada por Santiago Villa y su hijo Iago, que representan ya a la segunda y tercera generación de la saga de loteros y que ayer atendían a la par a clientes en ventanilla, por teléfono, radios y televisiones.

«Esto es lo máximo para un lotero, dar el gordo y, además, que haya sido para los vecinos del pueblo», confirmaba jubiloso Santiago Villa. Asegura que concilió bien el sueño pese a la agitada jornada de domingo. «El día anterior al sorteo siempre es el peor, porque estás pendiente de las devoluciones, de que todo este correcto. Pero después de dar el gordo, descansas de maravilla», asegura tras vivir la experiencia.

Los clientes no paran de acceder a a administración, donde a media mañana ya se trabajaba casi al doble del ritmo habitual. El sorteo de Navidad ha animado las ventas. «Es que esto fue un aviso, solo la antesala de los que puede venir en Reyes, esperamos que la suerte nos vuelva a sonreír entonces», avanzó con aplomo y seguridad el lotero.

La tónica de los comentarios dentro y fuera de la administración, en el Concello, en las plazas o comercios, era similar. «A mí no me tocó pero sí a otras personas que también le hacía mucha falta y es una alegría contagiosa para todos», explica Rosa Domínguez. El propio alcalde, Jesús María Portela, en el despacho desde primera hora lo ratifica. «Hay un ambiente de alegría en la calle, tanto por la Navidad como por el premio. Ha sido un año muy duro», indica.

También a la espera de lo que les caiga están los comerciantes. El presidente de la asociación, Pepe Berdeal, explicaba que «aún es pronto, pero confío en que este dinero extra repercuta en el comercio local y lo movilice porque este año ya han cerrado seis tiendas».

Los comerciantes confían en que el dinero mejore uno de los peores años en la villa