«Canceliñas», el experto escapista

La Voz

VIGO

Conocido atracador de bancos, su experiencia para evadirse de las prisiones ha puesto en jaque a los agentes en más de una ocasión

11 nov 2013 . Actualizado a las 13:57 h.

Saturnino Marcos Cerezo Cancelas ya es un viejo conocido. La Guardia Civil lo busca hoy como responsable de un secuestro de un médico de Portugal, pero no es la primera vez que los agentes le siguen la pista a este huidizo delincuente.

«Canceliñas», como es conocido, es vecino de Mos pero nacido en Verín y cuenta con 45 años. Antes de dedicarse a los atracos, su mundo estaba en la cantería. En su nueva profesión, la de asaltante, logró tres éxitos millonarios en entidades de Baiona, Soutomaior y Salvaterra que fueron los que lo mandaron a la cárcel en el año 97. Protagonizó entonces una histórica fuga por partida doble. Primero logró huir de los calabozos de los juzgados donde estaba retenido. Días después fue localizado en Mos, en casa de un familiar próximo a su propia vivienda. Pese a que iba armado, finalmente se entregó sin realizar disparos. El 18 de noviembre ingresó en prisión pero tan solo una semana después protagonizó un espectacular capítulo de la historia de los sucesos en Vigo, al fugarse de la cárcel de la Avenida de Madrid. Huyó en compañía de otro experto del escapismo, Alfredo Sánchez Chacón, «Rambo». Este socio, diestro en eludir controles policiales y sobrevivir en el monte, fue condenado por el assesinato de un joven en Curtis.

Los dos salieron por la puerta principal de la prisión tras simular un altercado en la cárcel y lograr salir de sus celdas. Aprovechando la salida de un funcionario y el retardo de la puerta, abandonaron las instalaciones. Nada más salir, robaron un BMW del que sacaron por la fuerza a su propietario y con el que partieron a Portugal.

El historial delictivo de «Canceliñas» no ha dejado de crecer desde entonces. En junio del 2006, cuando se encontraba en régimen de tercer grado en el centro de inserción social Carmen Avendaño, la antigua cárcel de Vigo, se escapó y no volvió a dormir. Dos meses después fue detenido como cabecilla de una banda de atracadores que habían asaltado entidades bancarias de Catoira, Arbo, Carballiño y Padrón. Fue localizado en un hotel de Oviedo en compañía de su entonces pareja sentimental. También se le consideraba autor de un robo con intimidación de un vehículo en el municipio de Ponteareas y otro en Crecente, que fue recuperado en Portugal y en el que se encontró una escopeta recortada. Su pista, como la de todo buen escapista, aparece y desaparece en el tiempo en los últimos años. Su última reaparición, previa al secuestro del médico, fue en el mes de octubre, como supuesto implicado en dos atracos a gasolineras y un asalto con dos heridos de bala en O Porriño.