El asunto Sereos no es del gusto del alcalde. Nunca lo menta y si los periodistas le preguntan no es de los temas en los que se explaya. Esta semana dejó claro que buscar una sede fija para Sereos no tiene mucho sentido si la Xunta se va a hacer cargo en unos meses de los servicios sociales municipales, algo que da por seguro conforme a la futura ley de régimen local. Al día siguiente, su concejala de Benestar Social le enmendaba un tanto la plana al asegurar que están buscando sede pero no es sencillo, que nadie quiere tener cerca a sus usuarios.
Ante esta situación, el grupo El Imán, el único que se preocupa del colectivo más desfavorecido, que es el que acude a Sereos, organizó una protesta en la puerta del Concello que trasladó después al interior de la lonja municipal. Ayer, Caballero se negó a valorar esta iniciativa con el curioso argumento de que no lo vio. Obviamente, no estaba presente y supuestamente tampoco quiso verlo en los medios de comunicación que lo recogieron.
Y lo más importante, envió nuevamente un mensaje al grupo El Imán. «Lo que tienen que hacer es protestar ante la Xunta. Es cierto que Sereos lo paga el Concello, pero el Gobierno autónomo quiere cerrar el centro de atención a drogodependientes de Vigo y por eso deberían quejarse allí. Una parte importante de los servicios sociales son competencia de la Xunta, pero quizás no se atreven ya que si lo hacen los recibiría la policía».
Y ni una palabra sobre la recuperación de la sede fija para Sereos.