Estudiantes voluntarios de la Universidad de Vigo recogen ordenadores usados de los tres campus y los reparan para devolverlos de nuevo a la vida y donarlos a entidades sin ánimo de lucro. Es el Grupo de Reciclaje Informático, con sede en la Oficina de Medio Ambiente (OMA) y creado a iniciativa de la Oficina de Servicios Integrados a la Juventud del campus vigués.
La idea surgió como respuesta al problema de acumulación de residuos informáticos en los distintos centros de la Universidad, muchas veces aprovechables. Los voluntarios proceden de las carreras impartidas en los tres campus, sobre todo, de Industriales y Telecomunicaciones. Su predisposición es premiada con la certificación de horas para acceder a créditos. Además de ser un proyecto solidario, tiene también un componente ambiental y de difusión de Software libre. Los aparatos se resucitan con un sistema operativo hecho en Galicia conocido como Miniño.
El pasado curso fueron recuperados en torno a ciento cuarenta aparatos, de los que entre sesenta y ochenta eran CPU, cuarenta y siete monitores y veinte impresoras.
En total, entre el material eléctrico y electrónico sumaron más de quinientas unidades y 5.700 kilos. La cifra es muy inferior a la época anterior a la crisis, cuando se llegaban a recoger más de mil unidades y hasta doscientos equipos. Entonces cualquier detalle como la ergonomía se convertía en disculpa para cambiar de aparato. El cambio de pantallas de tubo catódico por las planas fue toda una revolución y generó muchos vertidos.
Aunque el servicio incluye los tres campus, el grueso procede de Vigo, con un 80-85 %, mientras que Ourense aporta sobre un diez por ciento de material y Pontevedra, el resto.
Una vez reparados los aparatos, el siguiente paso es una convocatoria pública para la presentación de solicitudes por parte de las entidades sin ánimo de lucro. Lo habitual es hacer dos al año. Centros de enseñanza, asociaciones vecinales, sociales y culturales son algunos de los destinatarios. Entre ellos se han beneficiado Cáritas, Aspanaex, Berce y algunas Ampas.
La idea es hacer en un futuro un seguimiento de los ordenadores restaurados, una vez donados a las organizaciones. Hasta ahora el único contacto tiene lugar cuando algunas de las entidades adjudicatarias se encuentran con problemas. En esos casos el Grupo de Reciclaje de la Universidad de Vigo no tiene ningún inconveniente en echar una mano para resolverlo cuanto antes.
Otro de los proyectos para este servicio es la contratación de un becario, que se vendría a sumar a los actuales voluntarios de la oficina.