Abel Caballero no ha inventado la manifestación con música incorporada como algunos quieren atribuirle. No, fueron otros vigueses allá por marzo de 1890. Cierto es que entonces no existía la orquesta Panorama, pero la ciudad contaba aún con una animosa banda de música municipal. Aquella manifestación, que recorrió las calles de la ciudad en pos de los poderes públicos, fue convocada por los empresarios conserveros. El objeto de la protesta era mostrar su rechazo a la orden del Estado que obligaba a este sector a comprar la hojalata necesaria para sus conservas a empresas españolas, con precios mucho más altos a los ofrecidos por la siderurgia británica. Así que, a primera hora de la mañana de aquel 9 de marzo de 1890, diez mil personas se echaron a las calles tras una pancarta que decía: «Justicia para la admisión temporal de la hoja de la lata y el estaño».
La patronal conservera era la convocante. Junto a empresarios, como Benigno Barreras y Antonio Alonso, recorrían las calles los obreros y los marineros. Y en solidaridad con ellos, los boteros del puerto, los obreros de las fundiciones y todos los sectores que vivían de la potente industria conservera. Todos al ritmo impuesto por la banda de música de la ciudad. La casa consistorial, la sede de la Cámara de Comercio e, incluso, la casa del senador Bárcena [que no sé si se puede considerar escrache], fueron visitados por los manifestantes. No consiguieron nada del siempre sordo Estado con Vigo, por lo que años después crearon sus propias fábricas de soldado y hojalata, y algo mitigaron el problema. Veremos qué consigue la Panorama, más allá de cantar Volare o Viajar hasta Mallorca.
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