Una viguesa con cáncer lleva dos años cobrando solo 426 euros y en los últimos dos meses no ha tenido ingresos
23 may 2013 . Actualizado a las 03:05 h.El cáncer no solo le quitó salud y calidad de vida. Le hurtó incluso la prestación por desempleo. Beatriz Figueroa, viguesa de 47 años, pendiente de su tercera operación por un tumor de mama, vive sin ingresos.
Pero la suya es una historia rocambolesca de pelea con la administración. Le diagnosticaron el cáncer en marzo del 2011, cuando estaba en el paro. Como iban a operarla, no podía buscar trabajo. Y se le agotó la prestación. Si hubiera tenido un puesto de trabajo, simplemente habría estado de baja y habría seguido cobrando. Pero con el cáncer, ni podía buscar empleo ni tenía derecho a ningún subsidio.
Pasó dos meses en esa situación, recién operada, con quimioterapia, con problemas en su vida diaria y pendiente de otra operación. Hasta que logró que le reconocieran su derecho a una prestación por incapacidad temporal. 426 euros. Le habían denegado la permanente.
Con el tiempo también se agotó este subsidio y consiguió que le reconocieran otro, también de 426 euros, exclusivo para mayores de 45 años y que el Gobierno ya ha suprimido.
Pero desde el 3 de abril no tiene ingresos. La ley impone un tiempo de espera de un mes desde que un ciudadano agota un subsidio hasta que puede pedir otro. Después, todavía hay que esperar un mes de tramitación para cobrarlo. Si todo va bien, «el 10 de junio deberían pagarme, pero no me lo han confirmado». Serán, de nuevo 426 euros, del subsidio por agotamiento de prestación. «Tengo tarifa plana», ironiza. La ha logrado a base de batallas contra la Administración que en algunas ocasiones no le ofrecía solución. También, reconoce, gracias a su formación como licenciada en Derecho.
Beatriz Figueroa acaba de ponerse en huelga de hambre y se concentra cada mañana ante la oficina del Servicio Público de Empleo en el barrio vigués de Navia con una pancarta que reza «El Sergas te cura el cáncer, el Inem y el INSS te matan de hambre».
Sabe que con ella no han cometido ninguna ilegalidad. Pero se pregunta cómo es posible que existan leyes «que penalizan al que menos tiene». Por eso, su huelga de hambre durará «hasta que el cuerpo aguante» con el objetivo de dar a conocer que estas leyes existen, que pueden afectar a cualquiera y que son injustas. Ha creado también la página web La vida no sigue igual.
En su caso, admite que sin su familia no podría salir adelante. Afronta una hipoteca que supera los 500 euros al mes y que costea su hermano. Además, esta misma semana el médico le recomendó que vuelva a operarse, porque la agresiva cirugía contra el cáncer de mama la ha limitado para tareas habituales como conducir. Y sigue también con la medicación. Pero ella reivindica su «derecho al pataleo».