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El compositor ofrece en Vigo junto a Aaron Siebert un concierto para Unicef
21 abr 2013 . Actualizado a las 20:53 h.De niño, Pablo Peláez (Madrid, 1962) tenía dos vocaciones y se empeñó en no renunciar a ninguna. Una de ellas era volar y la otra, la música. A los 9 años empezó a tocar el piano que le regaló su padre, y a los 17 se inició en el vuelo sin motor para terminar convirtiéndose en piloto (actualmente es comandante en Iberia). El compositor e intérprete protagoniza junto a Aaron Siebert, joven compositor norteamericano residente en Vigo, un concierto a favor de Unicef que se celebra el miércoles, 24, a las 20.30 en el teatro del Centro Cultural NCG. Peláez tiene varios álbumes editados y ha actuado por medio mundo.
-¿La música se ha quedado como un hobby, al final?
-No, son dos profesiones que puedo compaginar aunque lo que me da de comer es mi trabajo como piloto, claro. Así la faceta de músico vive tranquila y me permite hacer lo que quiero y compartirla, que es lo que más me gusta.
-En su trabajo destaca por encima de todo su labor humanista colaborando con varias organizaciones y fundando además su propia oenegé, y su especial preocupación por las personas con discapacidad. ¿Por algo en especial que le marcó?
-Sí, por Javier Romañach, una persona maravillosa que sufrió un accidente de moto con 26 años y quedó tetrapléjico. Me lo presentó mi amigo Guillermo Fesser y es un ejemplo de superación que me dejó impresionado. La sociedad no puede permitirse arrinconar a estas personas porque sigue teniendo un montón de cosas que aportar.
-¿Cuál es su oenegé?
-La Asociación Cultura Pro Naciones Unidas para divulgar su espíritu, que es dar lo mejor de nosotros mismos. Organizamos un montón de actividades para divulgar los diferentes programas de la ONU y sus recomendaciones. Ahora estamos promoviendo actividades en Ecuador y Uruguay. El objetivo final es luchar por una civilización diferente, son los movimientos de transición que están ocurriendo en todo el mundo.
-Mencionó antes a Guillermo Fesser. Compuso una banda sonora para una película suya, ¿no?
-Para Cándida, sí, pero no fue la banda sonora, fue una colaboración con unos cuantos temas. Ahora probablemente haga algo con una obra de teatro que va a hacer con su hermano Juan Luis.
-Usted, además, es psicólogo, licenciado por la Universidad de Comillas y su música podría calificarse de terapéutica, así que usted mismo produce la «medicina»...
-Sí, mucha de mi obra está orientada a la relajación y a la reflexión. Uno de mis discos, Timeless, se editó en Estados Unidos y se ha tomado como referencia para la musicoterapia. Ahora estoy terminando un disco de nanas para relajar, para cuidar el momento del sueño. Ser piloto es una gran responsabilidad y cuando toco el piano me da ese equilibrio. Es como mi yoga, mi evasión.
-El álbum «Timeless» incorpora el sistema HemiSync. ¿Qué es eso?
-Es una tecnología que se desarrolló en el Instituto Monroe de Virginia. Envía diferentes sonidos a cada oído a través de auriculares estéreo y se consigue estimular determinadas áreas del cerebro consiguiendo beneficios terapéuticos.
-¿Vendrá a Vigo al mando de un avión?
-Esta vez, no, pero aterrizo en Peinador a menudo. Y tengo buenos amigos aquí. Es un aeropuerto precioso para hacer una aproximación tanto por el norte como por el sur, aunque a mí me gusta especialmente entrar por el sur. Es un paisaje maravilloso.